Más de 200 molinenses y visitantes de todas las edades disfrutaron de un día distinto centrado en escalada y «slackline»
Más de 200 personas disfrutaron de un día diferente en Molinos gracias a la tercera edición del festival Molinos Roc, organizado por el Club Trepadores Cavernícolas. Además de los molinenses también llegaron a la localidad visitantes procedentes de Castellón, Barcelona, Teruel capital, Zaragoza y las comarcas cercanas. Al margen de los visitantes hubo 50 inscritos en la actividad, que incluía vale de comida y cena así como una camiseta de recuerdo.
El día empezó por la mañana, cuando prácticamente todos los asistentes estuvieron escalando por la zona de Molinos. Nerea Salveña, miembro del Club Trepadores Cavernícolas, explica que los participantes conocieron y disfrutaron de todos los sectores que ofrece la zona. «En total, se pueden escalar más de 100 vías deportivas», afirma.
A las 16.00 se preparó una cinta de «slackline», actividad que consiste en unir dos puntos con una cuerda tensa e intentar pasar de uno a otro sin caer al suelo. «La piscina estuvo llena, tanto de niños como de mayores, y conseguimos con esto sofocar el calor que tuvimos», explican desde la organización.
A las 18.30 llegó el turno de los más pequeños, a los que se dio la opción de escalar el rocódromo por distintas vías habilitadas para ellos. Muchos niños se atrevieron a desafiar a la gravedad e intentaron ascender la pared, y disfrutaron de la escalada sin descanso durante casi dos horas.
Miquel Quintana fue el vencedor
Diez valientes se apuntaron a la prueba competitiva, que, según afirman desde la organización, ofreció un nivel espectacular. El el ganador fue Miquel Quintana, procedente de Castellón. Su obsequio por el triunfo fueron unos pies de gato patrocinados por Scarpa. En segundo lugar finalizó Sergio Bolos, de Castellote, y tercero fue David Ginés, de Barcelona. Además, Ángela Altaba, de Cantabria, recibió un premio especial también por el hecho de ser la única mujer que se apuntó a la competición.
La competición se dividió en dos fases: una clasificatoria en la que había cinco vías y una final con dos vías. Cada participante tuvo dos lances (oportunidades) para subir hasta arriba, únicamente apoyando los pies y las manos en las presas delimitadas.
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