El maellano fue discípulo de Carl Orff, asesor de Música de Patrimonio Nacional y organista de Honor de la Capilla del Palacio Real de Madrid
El músico y pedagogo de Maella José Peris Lacasa falleció ayer a los 93 años dejando tras de sí un gran legado musical que le valió numerosos reconocimientos. Fue por la tarde cuando sus seres queridos y amigos se despidieron de él y le rindieron homenaje en el Tanatorio de San Isidro. Sus cenizas serán enterradas en los próximos días en Maella. Las principales instituciones públicas aragonesas, además de importantes colectivos y agrupaciones musicales nacionales e internacionales, han dado su pésame y han lamentado su pérdida.
«Hizo mucho por este pueblo, nos ayudó a traer a grandes orquestas y nos animó siempre a fomentar la música entre los más jóvenes», comentó ayer el alcalde de Maella, Jesús Zenón Gil, al enterarse de la noticia. «Es un referente tanto en lo personal como en lo profesional», explicó Francisc Domenech, presidente de la Comarca del Bajo-Aragón Caspe. «Su alegría y su irreverencia eran admirables, era una persona transgresora y provocadora, muy inteligente y con una cultura vastísima».
«Es una de las principales voces relacionadas con la música de nuestra comunidad autónoma por todo lo que ha representado y representa», añadió el el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín. «Lo mejor que se puede resaltar de él es todos los seguidores que deja y su amor a la música».
Peris Lacasa empezó a formarse en esta localidad bajoaragonesa y continuó en Zaragoza, Madrid, París y Alemania hasta los años sesenta, cuando regresó a España. Su gran talento y exquisita formación con los mejores músicos (Carl Orff, Nadia Boulanger y Óscar Esplá, entre otros) le convirtieron en uno de los compositores más admirados del panorama internacional. A lo largo de su trayectoria, que ha sido reconocida y distinguida por diferentes instituciones y organismos a todos los niveles, combinó la labor de componer con la de la pedagogía dando clase en la Universidad Autónoma de Madrid. Allí obtuvo la Cátedra de música, desde la que logró la creación del primer Doctorado para profesionales de la música del país.
Entre sus obras más destacadas están «Variaciones para gran orquesta sobre una pavana de Luys de Milán», que fue una de sus primeras composiciones para orquesta, «Canciones para Dulcinea», para voz y conjunto instrumental, o la adaptación de la obra de Haydn «Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz», una composición que estrenó en 2008 para cuarteto de cuerda y voz y que el Maestro llevó a casa del Papa Benedicto XVI en marzo de 2010. Entre sus reconocimientos destacan la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, que recibió en 2013 por parte del Ministerio. Es miembro de la Real Academia Filarmónica de Bolonia, de la Orden de Alfonso X el Sabio, y de la Orden de Carlos III. En Aragón, en 1996 recibió la Medalla al Mérito Cultural.
En cuanto a su relación con el territorio, Peris Lacasa mantenía su casa familiar en la plaza del Ayuntamiento de Maella. Allí pasaba largas temporadas en verano, componiendo y descansando. En sus últimas visitas al territorio, la más visible durante la celebración de su 90 cumpleaños en el verano de 2014, Peris se definía como un amante de la enseñanza primaria de la música y animaba a los más jóvenes a estudiar la tradición musical aragonesa. El conservatorio de música de Alcañiz lleva su nombre. «Ha sido un referente para todos, hemos intentado siempre tenerlo muy cerca aprendiendo de su trabajo y conociendo su obra tanto alumnos como profesores», expresó Eduardo García, director del conservatorio de Alcañiz. «A partir de ahora tratatemos de mantener viva su memoria como compositor a través de la música».
Para el maestro, un buen compositor siempre debe ser humilde. «Es muy difícil ser alguien grande en este mundo. Tenemos a Haydn, Beethoven y Bach antes que a cualquiera de nosotros. Es complicado superarles, pero animo a que lo intenten a base de esfuerzo, de tener buenos maestros y de estar en la línea con la verdad, sin engañarse a sí mismos», apuntó el compositor en una de sus últimas apariciones.
Conservatorio José Peris Lacasa de Alcañiz
Por su parte, el Conservatorio alcañizano José Peris Lacasa hizo ayer público un comunicado lamentando el fallecimiento del músico y trasladando, a su vez, las tristes palabras con las que la familia comunicó la muerte de Peris Lacasa. «Desde su infancia demostró una decidida vocación musical que desarrolló a través de la creación, pero también por la formación musical de la sociedad partiendo desde la infancia», puede leerse en el comunicado.
El documento recordaba, además, su lema de vida: «El compositor debe entregarse y ser generoso con la sociedad».