La procesión recorrió las estrechas calles de la localidad para pasar por las quince hogueras
Anunciaban lluvia las previsiones meteorológicas y no se equivocaron. Poco antes de las 19.30 comenzó a chispear e incluso se abrieron varios paraguas en la plaza de la Iglesia. Poco importó. La Santa Encamisada de Estercuel tenía fecha y hora y unas gotas de lluvia no iban a ser suficientes para estropearla. El fuego purificador de esta fiesta, la más destacada del pueblo y una de las más curiosas del Bajo Aragón Histórico, venció por una ocasión al agua y permitió vivir la tarde como se merece.
A las 19.30 en punto los gaiteros llegaron a la plaza y se encendió la primera aliaga, no sin problemas debido a la lluvia que por momentos se intensificaba. Media hora después se hizo la oscuridad y dio comienzo la procesión de la Santa Encamisada, con la única iluminación del fuego en todo el municipio. Se recorrieron las quince hogueras ubicadas por las estrechas calles de Estercuel, que estuvieron abarrotadas de vecinos y visitantes para presenciar el evento. Los portadores de los tederos encabezaron el desfile, seguidos de los gaiteros, el procurador, el Rey, el Conde y los Mayorales.
Tras pasar por las quince hogueras y purificarse, como manda la tradición, se regresó al punto inicial para finalizar el acto. Un ‘¡viva San Antón!’ que salió del alma y todos corearon al unísono puso el punto y final a la ceremonia. Llegó el momento de ir a casa a por la carne para volver a las hogueras y asarla en las brasas.
De esta fiesta tan particular llama poderosamente la atención la estrechez de algunos puntos del recorrido, prácticamente junto a las llamas, que con mayor o menor dificultad todos los miembros de la procesión –caballos incluidos- acaban pasando.
- Un grupo de portadores de los tederos, poco antes de comenzar la Santa Encamisada | Adrián Monserrate
- El fuego iluminó Estercuel durante esta particular procesión | Adrián Monserrate
- Los portadores de los tederos se encargaron de abrir la procesión | Adrián Monserrate
- Preparación de los tederos minutos antes del comienzo | Adrián Monserrate
- Uno de los mayorales, a su paso junto a las hogueras | Adrián Monserrate
El reinau y el baile de las coronas
Con la Santa Encamisada no terminaron las fiestas de Estercuel, localidad que tras el fin inexorable del carbón podría crear 40 empleos gracias a la construcción de una galería de tiro. Para el domingo todavía queda la procesión del pan bendito, la misa baturra y otro de los momentos culminantes de las fiestas; el de los bailes. A las 13.00 se interpretará la tradicional jota del reinau y el baile de las coronas, como símbolo del cambio de poder entre los fiesteros salientes y los entrantes.
Santa Encamisada: Veinte horas. Los fiesteros se re nen en casa del Procurador y de all parte la comitiva de la fiesta hasta la plaza de la Iglesia, desde donde se inicia La Encamisada al son de las campanas, encabezada por los portadores de Tederos, a continuaci n los gaiteros, seguidos por el Procurador (portando el estandarte de S. Ant n), el Rey, el Conde, los entrantes y el Ayuntamiento, a continuaci n iba el resto del pueblo. La Encamisada se realiza en sentido contrario al de las procesiones normales, quiz por el significado entre pagano y religioso de la rogativa; el n mero de hogueras fue inicialmente de dos; actualmente ese n mero ha ido increment ndose hasta las quince. Esa noche en los balcones y ventanas sol an colgarse candiles de aceite.