Ingredientes
- patatas medianas (mejor de carne amarilla y firme)
- 200 ml de leche entera
- 200 ml de nata para cocinar ligera
- 2 dientes de ajo
- Nuez moscada
- Sal
- Pimienta negra
- Mantequilla
- Opcional: rodajas finas de cebolla
Preparación
Precalentamos el horno a 180 ºC.
Para empezar pelamos las patatas y las lavamos antes de cortarlas bajo el grifo. Después las cortamos en rodajas no demasiado gruesas, como de medio centímetro. Ya no las volvemos a lavar porque nos interesa conservar el almidón de la patata para hacer el gratinado más consistente.
Cortamos los ajos por la mitad y frotamos con ellos el molde donde vamos a hacer las patatas. Después trituramos los ajos.Vamos poniendo en el molde capas de patatas y entre ellas intercalamos un poco de ajo machacado, sal, pimienta y un toque de nuez moscada. Si quieres puedes poner unas rodajas de cebolla.
Cubrimos con unos pedacitos de mantequilla y llevamos al horno 20 minutos. Hay que poner la bandeja en la parte media del horno y con calor arriba y abajo. Cubrimos con papel aluminio para que las patatas no se tuesten por encima.
Pasado ese tiempo las sacamos del horno y añadimos la leche y la nata. Llevamos al horno de nuevo otros 20 minutos. Si no quieres añadir queso el plato está listo cuando la superficie esté dorada.
Nosotros te aconsejamos que después de añadir la leche y la nata, pongas por encima unas lonchas de queso o un poco de queso rallado para gratinar. Gana en sabor y la presentación es estupenda. En cuanto esté bien gratinado y cocido por dentro (pincha con un palillo) ya lo puedes retirar y servir al momento. Si quieres puedes espolvorear con perejil o cebollino picado.