El dispositivo de búsqueda de Marisa Jariod, la vecina de 61 años que desapareció el pasado miércoles en Caspe sin dejar rastro, ha encontrado este miércoles en torno al las 14.15 el cuerpo sin vida de la vecina caspolina en la conocida «Cueva de los Azafraneros», en un camino situado detrás del Castillo del Compromiso y la colegiata. Se trata de una gruta de acceso muy difícil con una entrada estrecha de metro y medio a la que se debe acceder agachado o reptando. Dentro sí hay espacio para una persona. El lugar está abandonado y lleno de maleza en la actualidad, aunque hace años los niños jugaban en esa zona.
Según fuentes de Guardia Civil, la fallecida no presenta signos de violencia pero las causas de la muerte las determinarán en la autopsia, que se llevará a cabo en el Instituto de Medicina Legal de Aragón, donde ha sido trasladado el cuerpo. Sí llevaba el DNI que confirmaba la identidad de Marisa Jariod. A las 18.30, especialistas de policía judicial de la Guardia Civil de Zaragoza finalizaron las labores de rescate del cuerpo.
«No se había perdido la esperanza en encontrarla pero el final ha sido muy trágico, lamentamos conocer la noticia de la muerte de Marisa, nos hubiese gustado que todo esto terminase de otra manera», explica la alcaldesa de Caspe, Pilar Mustieles. «Quiero reconocer y aplaudir la labor de ese amplio despliegue de fuerzas del orden que hemos tenido estos días buscando a nuestra vecina sin tregua, han hecho un excelente trabajo y les estamos muy agradecidos».
La Ciudad del Compromiso no está pasando por sus mejores momentos. Hace tan solo unos meses sucedía un terrible accidente de tráfico en el que fallecían cinco de los ocho trabajadores del campo que se dirigían a trabajar. Hace algo más de un año, Caspe condenaba la agresión a un menor de edad al que se le arrojaba ácido en la cara y el cuerpo, y que todavía se recupera de sus heridas.
«No están siendo buenos momentos para nosotros», señala Mustieles. «Tenemos que ser fuertes y mantenernos unidos en estos días duros y seguir adelante, vamos a superar la epidemia del coronavirus y podremos salir a la calle y reunirnos como hemos hecho siempre, pero de momento hay que continuar en casa, como están haciendo de muy buena manera los caspolinos».
Una semana de búsqueda
Marisa Jariod salió de su casa hace justo una semana (el miércoles 25 de marzo) y jamás regresó. Su familia denunció su desaparición ese mismo día. Según explicaron entonces su marido y su hijo, con los que convivía, la mujer fue a comprar a mediodía y ya no regresó a casa. Ellos no se dieron cuenta hasta bien entrada la tarde, cuando regresaron de trabajar.
Un amplio dispositivo formado por Guardia Civil, Bomberos de DPZ, Policía Local, voluntarios Protección Civil, e incluso efectivos del Ejército del Aire, ha estado buscándola con un gran despliegue material y humano desde entonces. Se han llegado a rastrear más de 1.000 hectáreas dentro y fuera de la Ciudad del Compromiso.
Durante la jornada de este miércoles, el operativo se había centrado en la búsqueda de la desaparecida en puntos concretos donde podría estar oculta, fuera del alcance de drones y de los participantes en el rastreo.
Desde que se inició la búsqueda el se han supervisado unas 1400 hectáreas aproximadamente, ampliando el radio de búsqueda alrededor del municipio conforme pasaban los días, y se han rastreado todo tipo de zonas: caminos, campos, carreteras, terrenos frutales y sembrados, cauces de ríos, granjas, zonas con maleza, polígonos, etc.