Hoy me gustaría recomendaros las obras de un maestro, de uno de los más grandes escritores contemporáneos del género Negro; de aquel de quien Tarantino dijo: «Sus novelas son poemas dedicados a la mentalidad criminal»; de aquel que murió absolutamente ignorado en su tiempo y que, hoy en día, es considerado, junto a Raymond Chandler y Dashiel Hammett, el padre de la Novela Policíaca del siglo XX. Me gustaría hablaros, sin más, de JIM THOMPSON.
Con 29 novelas publicadas, THOMPSON es, además, reconocido como un renovador del lenguaje y creador de un universo comparable al de William Faulkner. Hay en su obra un itinerario experimental, subversivo e irónico, que ha retratado, con un gran componente autobiográfico, los infiernos que vivió en los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XX.
THOMPSON nació en el año 1906 en Oklahoma. Su padre fue un sheriff corrupto, acusado de malversación de fondos, que dejó una herida nunca curada en su carácter. Con la ruina de la familia, THOMPSON tuvo que dejar los estudios y ponerse a trabajar en múltiples oficios: desde botones de hotel a cocinero, guardia de seguridad o peón en pozos de petróleo. En la época de la Gran Depresión se apuntó al Partido Comunista, que abandonó al casarse en 1931.
Ya había comenzado, por entonces, a escribir relatos y novelas que aparecían en ediciones baratas, publicaciones pulp que a penas le daban beneficios. En verdad, se puede decir que nunca vivió de su literatura, sí en cambio de sus artículos periodísticos, aunque ya al final de su vida, y de los guiones en colaboración con Stanley Kubrick de dos de sus más famosas películas: «Atraco perfecto» y «Senderos de gloria».
Sus novelas, algunas de ellas verdaderas obras maestras, son historias criminales de perspectiva cínica, taciturna, llenas de antihéroes perdedores y psicópatas, nihilistas y alienados. La editorial RBA está editando lo mejor de su obra: «1280 almas», «El asesino dentro de mí», «Hijo de la ira», o las dos últimas que que han aparecido en la colección, para pasar un verano de altura literaria: «LIBERTAD CONDICIONAL»: una novela de codicia y corrupción, donde las cosas no son lo que aparentan; y «EL EXTERMINIO»: una gran obra coral sobre los deseos más íntimos y perversos del alma humana.
THOMPSON falleció a los 70 años a causa de un infarto. Seguramente le llevó a ello su desmesurado alcoholismo y su afición a las drogas, que le provocaban continuos ataques nerviosos. Antes de morir pidió a su esposa que conservara sus manuscritos porque, estaba seguro, iba a ser famoso al cabo de unos años. Tenía razón, muchos de sus libros han sido llevados a la gran pantalla por grandes directores, y sus novelas, acumulando edición tras edición, no han dejado nunca de estar presentes en las librerías hasta hoy en día.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz