Para cambiar la situación, el área de Servicios Sociales está elaborando un Plan de Convivencia en la Diversidad Cultural
La Comarca del Bajo Aragón-Caspe no aprobaría un examen de convivencia. Eso es lo que se señala en un diagnóstico que acaban de realizar desde la Consejería de Servicios Sociales sobre la situación actual de su población. El problema: la alta tasa de inmigración con la que cuenta el territorio: actualmente es la Comarca que con mayor presencia de residentes extranjeros (uno de cada cinco habitantes lo es, llegando a existir más de 50 nacionalidades distintas). Estas personas no terminan de vecinos autóctonos. La falta de interacción entre las comunidades existentes hace que los conflictos y los problemas derivados de la diversidad cultural persistan, aunque sea de forma latente.
Con el objetivo de paliar este problema, compartir preocupaciones y dar soluciones en materia de convivencia, la Consejería está elaborando un Plan de Convivencia en la Diversidad Cultural, en el que aparezcan estrategias para que todos los vecinos del territorio convivan de la mejor forma posible. El primer paso ha sido el diagnóstico previo de la situación actual. El resultado: la Comarca se encuentra en un punto entre la coexistencia y el riesgo de hostilidad. La convivencia sería la circunstancia más apta e idónea, la coexistencia sería un nivel medio, y la hostilidad sería una situación grave.
Para trabajar en ello, señalan desde Servicios Sociales, será importante la intervención teniendo en cuenta que existen tres zonas diferenciadas: Caspe y Chiprana (donde existe ese riesgo de hostilidad), Maella (donde existe una coexistencia), y Fabara-Nonaspe-Fayón (existe convivencia).
Plan de Convivencia
Para conseguir elaborar este plan, Servicios Sociales ha propuesto a la población que participe de forma activa a través de varias sesiones y talleres. El pasado miércoles por la tarde se inició el primero de los encuentros: una sesión informativa en la Casa de Cultura de Caspe, de carácter participativo, donde se explicaron las claves del proyecto. Los encargados fueron el presidente de la Comarca, Francisco Domenech, el coordinador de Servicios Sociales, Alfredo Maranillo, el consejero de este área José Francisco Brunet, y el Jefe de Servicio de Participación Ciudadana del Gobierno de Aragón, Eduardo Traid.
«Aunque exista una coexistencia en general en el territorio, no garantiza la cohesión social», explicó en la sesión el coordinador de Servicios Sociales de la Comarca. «Este documento será vital para la buena convivencia entre todos los vecinos del territorio». A pesar de estos datos negativos, también se valora que actualmente existe una prevalencia de las relaciones con los del mismo grupo sociocultural, y que se han detectado actitudes de apertura y aceptación de la inmigración y la diversidad por parte de la mayoría de los residentes.
Posteriormente, se desarrollará la fase de debate del proceso, con la realización de tres talleres participativos presenciales. Finalmente, con toda esta información se determinará y presentará en una Sesión de Retorno la redacción de la propuesta del futuro Plan de Convivencia.