El nuevo museo de la Semana Santa de Calanda, situado en la plaza de la Hoya, abrirá sus puertas este Domingo de Ramos
A priori no parece sencillo poder captar la esencia de la Semana Santa de Calanda en un espacio cerrado, teniendo en cuenta que año tras año se desarrolla en las calles y recoge una gran cantidad de sentimientos muy dispares que hablan de unión. Podría parecer difícil, pero en Calanda han pretendido que el nuevo Museo y Centro de Interpretación de la Semana Santa cumpla precisamente ese objetivo: transmitir el alma de una celebración muy antigua marcada por la tradición.
El trabajo conjunto del Ayuntamiento y la Junta Coordinadora de la Semana Santa ha permitido que el próximo domingo vea la luz. «Nos encontramos con un espacio vacío que había que llenar», explica José Miguel Asensio, secretario de la Coordinadora. Mucho trabajo y varios años después está a punto de abrirse y predomina el sentimiento de «satisfacción».
Situado en la segunda planta del edificio de la Coordinadora, en la plaza de la Hoya, se trata de un museo algo inusual, puesto que por el momento en él no se expondrán los pasos de Semana Santa, algo que sí se ocurre en localidades como Albalate o Híjar. A la hora de preparar el material y los contenidos para el museo se ha buscado «ser consecuentes» con lo que es la Semana Santa, un objetivo que según Asensio se ha logrado.
El nuevo museo está conformado por un espacio «muy visual» que combina fotografías y vídeos con otro tipo de elementos que permiten hacer de la visita toda una experiencia. «Lo que hemos querido es que la gente que venga a verlo vea nuestra Semana Santa, sin más», cuenta Asensio.
Una Semana Santa llena de personajes que han ido conformando su historia y que están representados en este espacio. Desde el Mosen Vicente Allanegui -«que marcó de alguna manera las pautas de lo que es realmente la Semana Santa»- hasta los putuntunes, pasando por Luis Buñuel y los Tambores de Oro, reconocidos por el Ayuntamiento y la Coordinadora. Pero el museo también recoge momentos, como la conocida rompida de la hora, inmortalizada gracias a una fotografía de 3×1,5 metros.
Además podrán visualizarse varios videoreportajes que darán cuenta de cómo se viven estas fechas en la localidad, a la vez que echan la vista atrás para recordar sus orígenes. Y como no podía ser de otra manera, en este espacio predominará un color: el morado, signo de la pasión calandina.