Miguel Tena, presidente de ASADICC (Asociación de Ayuda a las Personas con Discapacidad de Caspe y Comarca) durante 24 años, deja el cargo para jubilarse. A él le sigue José Manuel Jariod. Tena explica todos los logros que se han conseguido en este recorrido, tanto a nivel social como laboral o arquitectónico. Pero también enumera algunos retos que quedan pendientes en el territorio.
¿Con qué sensaciones deja la presidencia?
La sensación es muy buena porque no solo se cambia la presidencia sino que se renueva la junta directiva, aunque también hay muchos otros cargos que continúan. Por eso, considero que se va a conformar una nueva junta con experiencia, pero con aires renovados. Sin embargo, después de 24 años liderando esta entidad, me voy con sabores también agridulces. Hay una parte positiva en la que se contempla todo lo bueno que se ha construido a lo largo de estos años, como son las más de 900 inserciones laborales, o los proyectos y actividades que hemos realizado. Pero hay una sensación más agria por todos esos empleos que nos habría gustado que las personas con discapacidad hubieran conseguido. Hay que destacar la evolución que el Bajo Aragón-Caspe ha vivido en estos 24 años tanto en la eliminación de barreras arquitectónicas como a nivel social. Pero, a pesar de ello, recuerdo que mi primera solicitud de accesibilidad fue para la estación de Renfe en Caspe, y en la actualidad sigue sin ser accesible.
¿Qué otros retos quedan pendientes?
Por ejemplo, la forma de enfocar la asociación. Siempre hemos tenido unos objetivos muy claros desde el momento en el que se creó ASADICC, pero hoy ha cambiado su percepción. Por eso, lo que se va a pretender es que el protagonista real de nuestros proyectos y esfuerzos sean las personas con discapacidad y sus familias. Queremos darle un enfoque transversal distinto, en el que lo social y sanitario vaya unido. De hecho, los proyectos que se están poniendo en marcha, algunos de ellos de manera experimental, como el proyecto RUMBO, tienen que marcar las líneas de futuro de la asociación.
¿Cómo definiría el recorrido de lo que se ha logrado?
Hace 24 años, ASADICC no tenía ningún profesional que estuviera trabajando, sino que éramos todos voluntarios. Gracias a todos ellos hemos podido crecer, pero sobre todo, la asociación se ha profesionalizado, tanto en el área social y laboral como en el ámbito sanitario. Fuimos detectando necesidades que había en la zona y que poco a poco hemos ido implantando, como son la terapia ocupacional, psicología o la fisioterapia. A todo ello hay que añadir las inclusiones laborales que se han logrado. Así, hoy en día tenemos muchos proyectos sobre la mesa. La nueva junta directiva, con José Manuel Jariod a la cabeza, lleva idea de seguir en la misma línea para mantener lo construido.
¿Cómo ha cambiado la sociedad de Caspe en estos 24 años?
Yo creo que ha cambiado muy positivamente. No solo por la accesibilidad que se ha logrado o por los servicios que estamos prestando, sino, sobre todo, por la forma en que se ven a las personas con discapacidad. Hoy en día se ve al colectivo con una mirada amable y sabiendo que tienen los mismos derechos que el resto de ciudadanos. Esta evolución para mí es lo más importante que se ha conseguido.
¿Cómo ha sido presidir esta asociación en el medio rural?
Ha sido un placer. Yo me jubilo por mi propia discapacidad porque, realmente, me lo he tomado como un trabajo. Para mí ha sido eso. Me ha aportado muchísimas satisfacciones, aunque también, algún rompecabezas y alguna noche sin dormir, dada la magnitud de los proyectos en los que nos hemos metido. Puedo decir que me voy con una mochila llena de grandes experiencias y grandes amigos que he podido tener en ASADICC. Uno de los deseos con los que entré es que en un futuro no tengan que existir las entidades sociales como ASADICC, porque eso significaría que las propias administraciones ya están prestando estos servicios tan necesarios para que las personas con discapacidad se puedan integrar plenamente en la sociedad. Hoy mantengo mi deseo, pero mientras eso no suceda, ahí estarán asociaciones como esta.
¿Cómo se ha ido dando la relación con las administraciones para que se fueran logrando esos cambios?
La realidad es que ahora es bastante más sencillo que hace unos años. Antes teníamos que ir a convencer a los políticos de que las personas con discapacidad queríamos seguir viviendo en el mundo rural, pero que teníamos series dificultades por cómo estaba el entorno. No solo me refiero a la accesibilidad física, sino también a otros asuntos como es el empleo. Sin embargo, hoy en día, tanto la clase política como la sociedad están muy concienciados. Pero ahora, a eso hay que sumarle nuevas leyes que favorezcan la inclusión de las personas con discapacidad.
También ha formado parte de otras entidades a nivel autonómico, ¿qué hará con esos otros cargos?
He estado en COCEMFE Aragón, en el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) y he sido consejero en COCEMFE a nivel nacional. Son cargos que también voy a delegar ya. Mi labor en estos puestos ha finalizado, pero seguiré apoyándoles como un voluntario más. Dentro de mis posibilidades me van a tener para lo que necesiten. Procuraré estar en todas las actividades que se realicen en la zona a este respecto.
¿Cuáles son sus deseos para la junta que le sigue?
Yo les deseo que continúen con esta misma labor y que vayan creciendo con la misma filosofía de crecer consolidando lo que tenemos construido. Quiero pedir también a las administraciones que continúen con el apoyo a la junta directiva, porque cambian las personas pero la entidad sigue siendo la misma y los fines que ampara también son los mismos.