El Ministerio de Cultura aporta la cuantía económica para recuperar el tramo de la fortificación derruida en el año 2015
Hace unas semanas el Ayuntamiento de Mirambel recibió una buena, y esperada, noticia llegada desde el Gobierno de España. El Ministerio de Cultura, propietario del conjunto histórico amurallado de la localidad, confirmó que invertirá 100.000 euros para restaurar el tramo de la muralla medieval que se derrumbó en la primavera de 2015 por culpa de las fuertes lluvias. La reconstrucción está ahora a la espera de conocer el proyecto final, que en estos momentos todavía se encuentra pendiente de redacción.
La buena nueva ha sido recibida con mucho optimismo en Mirambel. Desde hace dos primaveras, uno de sus grandes valores patrimoniales se encontraba en mal estado y, además, el desprendimiento de la muralla también imposibilitaba el paso de algunos vecinos a sus huertas particulares, ya que la zona perimetral contaba con un pequeño camino peatonal que quedó totalmente anegado. «La verdad es que estamos encantados de que lo puedan restaurar. Es una gran noticia para el pueblo», explicó Mari Carmen Soler, alcaldesa de la localidad.
Cabe recordar que la muralla de Mirambel está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 2016, condición que comparte con el conjunto urbano de la localidad. Por tanto, la fortificación es uno de los grandes reclamos turísticos para los viajeros que pasan por esta localidad del Maestrazgo cada año. El hecho de que se haya hecho pública la inversión hace pensar en un próspero futuro para la localidad. «Mirambel, en sí misma, es un conjunto histórico-artístico muy importante. La muralla es una de las partes más impresionantes del pueblo y es una de esas cosas que debemos de conservar», indicó Soler.
El conjunto amurallado de Mirambel está formado por una pared que ronda los 900 metros de longitud. Una vez recuperada la parte derruida en 2015, la muralla por fin lucirá totalmente rehabilitada. De hecho, la actuación incluye la recuperación de los materiales derrumbados para su restauración, la eliminación de humedades que han aparecido en varias zonas de la fortificación y también la retirada de la vegetación que crece sobre el monumento. Trabajos que evitarían nuevos derrumbes en caso de fuertes lluvias en el futuro.
La muralla medieval está construida en mampostería con sillares reforzando algunas de las esquinas y también en sillarejo. Destacan algunas torres aunque rebajadas en altura como en el denominado Bastión y aspilleras y ventanas en diversos lugares. Además, la fortificación cuenta con cinco portales.
Ahora tan solo queda a esperar a que el proyecto vaya tomando forma y se puedan conocer más detalles sobre cómo y cuándo se rehabilitará el tramo de la muralla derruido.