Juan Carlos Monedero fue la estrella el sábado del VI Foro de Debate de Fabara, organizado por la asociación «Wirberto Delso»
Es profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Exsecretario de Proceso Constituyente y Programa de Podemos, continúa muy presente en la vida política como colaborador de varios medios de comunicación.
Decía el alcalde en la presentación de las jornadas que muchos no creían que usted pudiera dar una conferencia en Fabara, ¿qué le ha llevado a aceptar la invitación?
Tengo una relación bastante intensa con el mundo rural, creo que hay que romper con esa idea de que España son solo las grandes ciudades. Hay mucha verdad en los pueblos. Si uno responde a un criterio político realmente integrador, democrático y plural tiene que estar aquí.
En este foro se debate sobre la desigualdad y qué se puede hacer para erradicarla, ¿cuál es su propuesta?
Lo más importante tiene que ver con las cosas que pasan y no vemos. En la historia siempre hay una tensión entre el privilegio y la exigencia de compartir las ventajas de la vida social. Hay una ecuación de la transformación social que significa doler, saber, querer, poder y hacer. Cuando sabes cuál es el origen de lo que te duele pones en marcha el proceso de voluntad para cambiar las cosas, entonces ya tienes tres pasos. Te das cuenta de que solo no puedes cambiar las cosas y aparece el momento político, el de poder. La revolución es no tener nada más que perder que nuestras cadenas y ese es el del último paso, el hacer. Entonces todo este proceso solo tiene sentido si tienes conocimiento, si te duelen las cosas. Por tanto, la mera pregunta acerca de las desigualdades es revolucionaria porque está cuestionando que las cosas pueden ser de otra manera. Nadie se pregunta si podemos respirar otra cosa que no sea aire porque no hay alternativa.
El medio rural sufre muchas desigualdades, ¿qué solución propone?
Primero hay que salir de la resignación, de esa condena de que lo rural debe ser conservador. Es con lo que ha jugado siempre la derecha e incluso el PSOE. Asumir que como la gente rural es mayor y que prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer, no hace falta transformar nada. Eso condena a que sean espacios de resignación y eso no es bueno. Hay que romperlo.
¿Cuál es su opinión sobre la guerra interna en Podemos entre pablistas y errejonistas?
Lo peor que puede hacer Podemos es ofrecer espectáculos hacia fuera. Si hemos sido una fuerza política capaz de emocionar tanto, no tenemos que decepcionar en los procesos internos. Hago un llamamiento a la gente de Podemos a que no se equivoque, que lo que no sea capaz de ganar internamente que no lo pretenda obtener hacia fuera debilitando el proyecto. Eso es injusto por las esperanzas que tanta gente tiene depositadas en este proyecto.
La semana pasada un diputado «errejonista» ha denunciado amenazas suyas por decirle que tenga «ojito con lo que dice.
Hemos dado los dos por zanjado el falso debate, se lo expliqué y él ha reconocido que lo entendió mal. Sigo insistiendo en que ahora tenemos que debatir pero cuando se termine el proceso hay que trabajar juntos. Una parte del debate es interno y no hay que dar herramientas a los que quieren que Podemos no exista. En ese sentido, entiendo que el debate debe ser de ideas. No tiene que desembocar en ningún otro cuestionamiento porque entonces no ayudamos a que la gente entienda nuestro debate.