Con los trabajos que se han llevado a cabo se ha mejorado el piso, chasis y se ha instalado luminaria de tipo LED
La Hermandad del Silencio, en su objetivo de seguir trabajando año tras año en mejorar los elementos que conforman la procesión del Jueves Santo, ha realizado unos trabajos de mejora en la peana de la Virgen de las Lágrimas.
La finalidad de dichos trabajos han consistido en cambiar el piso sobre el que descansa la figura de la Virgen ya que estaba muy deteriorado, se movía y cedía. Se ha llevado a cabo la restauración del chasis, se ha cambiado el tablero base por otro más ligero y resistente. También se ha realizado un nuevo pedestal y se ha reformado la moldura de todo el contorno incluida la jardinera donde se colocan los claveles blancos.
Por otro lado también se ha aprovechado la restauración para renovar el sistema eléctrico y se han cambiado los fluorescentes por una luz más uniforme con lámparas LED. El importe total de los trabajos de restauración que se han realizado en un taller alcañizano ha ascendido a unos 3.500 euros. En el traslado de la peana al taller y de nuevo a la «casa de los santos» se ha contado con la inestimable cooperación de Automóviles Teruel que prestó una grúa y con varios hermanos que ayudaron al traslado.
Esta es la segunda vez que la peana de la Virgen de las Lágrimas de la Hermanad del Silencio ha visto mejorado su aspecto tras los trabajos de restauración que se llevaron a cabo en los años 80.
La peana de la Virgen de las Lágrimas está conformada por la imagen que procesiona bajo palio, inspirándose en las vírgenes dolorosas sevillanas. Lleva la túnica del Silencio y un gran manto en terciopelo de seda, bordado en oro. Su cabeza va cubierta por una mantilla de seda blanca bordada también en oro.