A pesar de que cada vez está más normalizado el uso de artefactos pirotécnicos por personas de todas las edades, como ocurre con los petardos, estos elementos no están legalmente a disposición de todos los públicos. De hecho, existen distintas categorías que determinan, en función de la peligrosidad del explosivo, la edad mínima que hay que tener para hacerlo explotar. Lo mismo ocurre con la venta de estos, pues, en función de si es de nivel F1, F2 O F3, no deberá ser suministrado a menores de 12, 16 o 18 años, respectivamente. Pero existen también artículos más grandes y, por tanto, más peligrosos, que deben ser explotados por una persona con licencia.
La explosión de todo tipo de petardos es algo cada año más habitual en las fiestas patronales. Sin embargo, eso no implica que sea legal. Pero, en esta cuestión entran en juego dos partes. Por un lado, existen sanciones para los vendedores que no tengan licencia o para aquellos que suministren petardos a los menores de las edades indicadas. Asimismo, «también hay que tener en cuenta la responsabilidad moral de las familias al comprarlos, no puede ser que les den a los niños los petardos como un simple juguete«, insistió Pedro Obón, jefe de la Policía Local de Caspe.
A este respecto, existen bandos en la localidad que indican que durante el periodo de las fiestas patronales, hay una franja horaria en la que está permitida la práctica. No obstante, no existe todavía legislación municipal que pueda sancionar el incumplimiento. «Llevo en el cargo solo desde abril y, por tanto, estas han sido las primeras fiestas que he vivido aquí, pero tengo claro que para el año que viene desarrollaremos esas ordenanzas para que no vuelva a ocurrir», aseguró Obón.
Cabe destacar que además del peligro que supone manejar material pirotécnico comprado sin las debidas garantías legales, estas infracciones pueden ser castigadas con multas de hasta 601.012,10 euros. Por todo ello, la Policía Local de Caspe requisó numerosas cantidades de petardos y sus derivados durante las fiestas de San Roque a personas menores de edad. «A todos ellos les indicamos que para recuperarlo tendrían que venir sus padres a comisaría y allí les explicaríamos por qué lo habíamos requisado, pero no vino ninguna familia, ya que son conscientes de que es un material que los niños no pueden llevar encima», recordó el jefe de los agentes locales.
Incidentes durante los toros de fuego
Aun así, el descontrol del uso de la pirotecnia llegó más lejos e, incluso, llegó a entorpecer la salida de los toros de fuego que cada año realiza la peña La Oficina. Estas estructuras metálicas cargadas de artefactos pirotécnicos van sobre uno de estos peñistas y recorren las calles del centro de la localidad, rodeados de multitud de espectadores. No obstante, este año se convirtió en una actividad peligrosa, pues algunos personas en el público decidieron tirar petardos a quienes portaban los toros de fuego o tirarles las propias «encorreviejas» (cohetes carretilla) que estos soltaban. Estas actitudes incívicas ponía en peligro toda la actividad y a las personas que se encontraban allí.
El tercer día de las fiestas, la peña La Oficina lanzó un comunicado a través de las redes sociales denunciando la peligrosidad de esas acciones. «No solo es peligroso para quien lleva el toro de fuego o quien lo está viendo, sino también para los que cogen nuestros petardos con las manos para lanzarlos a otro sitio. Se están jugando sus propios dedos», subrayó preocupado José Manuel Bel, miembro de la asociación organizadora.
Molestias por el ruido
Además de la peligrosidad explosiva de los petardos u otros artefactos pirotécnicos fuera de horario y sin licencia, también se han registrado quejas por el ruido que estos producen. De hecho, molestan tanto a los animales como a algunas personas. «Los perros, principalmente, tienen un oído mucho más agudo que el nuestro, por lo que captan más el sonido que nosotros. Además, no cuentan con el contexto de saber de dónde viene el ruido, por lo que se asustan mucho, de tal manera que les puede acarrear problemas al corazón», señaló Jesús Hernández, presidente de ADAMA, la Asociación en Defensa de los Animales Mejores Amigos, de Caspe. Por ello, desde esta entidad local siempre reivindican la misma postura: «Si no es necesario, no entendemos por qué se tienen que tirar petardos a cualquier hora, se puede encontrar otro tipo de diversión», sentenció.
Muy bien Pedro a ver si en Caspe el ayuntamiento se toma en serio lo de los petardos no como en Alcañiz que es la ciudad sin ley ni se le espera , cada uno los tira donde quiere y a la hora que quiere
En Alcañiz no hay ni un bando en Caspe si pero no lo respetan se lo tendria que poner en su idioma..
me ha gustado oír la entrevista que te han hecho Pedro. se agradece que haya gente que todavía se preocupa por los menores y los. demás. ojalá que nuestro ayuntamiento y nuestro pueblo te cuiden tanto como tú y los tuyos nos cuidais.