Siete de las nueve localidades del Bajo Aragón viven esta noche el Romper la Hora
La Ruta del Tambor y el Bombo vivirá esta noche su momento más especial cuando miles de tambores y bombos resuenen al unísono en una tradición que heredaron de sus antepasados y que pasa de padres a hijos. El Romper la Hora de Híjar, Albalate del Arzobispo, Andorra, Alcorisa, Samper de Calanda, La Puebla de Híjar y Urrea de Gaén hará temblar esta medianoche al Bajo Aragón Histórico ante miles de espectadores llegados de toda España y el extranjero.
La rompida con mayor repercusión de la Semana Santa bajoaragonesa, la de Calanda, tendrá lugar mañana en la plaza España de la localidad a las doce del mediodía. Por su parte, Alcañiz, el municipio más grande y el único que no rompe la hora, cambiará esta noche el estruendo por la solemnidad de la procesión del Silencio, en la que solo una banda de tambores romperá el imponente sigilo.
Candidatura a la UNESCO
El de esta noche podría ser el penúltimo Romper la Hora antes de que las tamboradas entren a formar parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Un reconocimiento que no se podrá recibir hasta finales de 2018 y que vendría a poner el broche de oro al trabajo incansable de la candidatura por hacer comprender una tradición que no entiende de fronteras geográficas. La candidatura de «Las tamboradas. Rituales de toques de tambor» incluye a 17 poblaciones de cinco comunidades que suman 200.000 personas: Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana. De ellas, la mitad son los nueve pueblos de la Ruta, cuya Semana Santa ya logró en 2014 ser designada ser Fiesta de Interés Turístico Internacional. Un reconocimiento que, por un lado, supone un atractivo para visitantes y, sobre todo, para subvenciones, como las dos partidas de 50.000 euros que ha recibido la Ruta del FITE para ejecutar su Museo (prevé abrir en 2018).
Entrar en la UNESCO más allá de obtener un sello de calidad, supondría todo un reto. El trabajo previo para preparar la candidatura es solo el punto inicial puesto que la protección implica una responsabilidad.
En el territorio nadie oculta que el principal problema al que se enfrentan los pueblos de la Ruta es la despoblación. «Para nosotros supondrá prestigio, igual que la declaración Internacional, y nuestra labor será mantenerlo», afirma el presidente de la Ruta del Tambor y Bombo, Segundo Bordonaba, que no oculta su preocupación por la acuciante pérdida de habitantes.
En la misma línea se muestra José Mª Gasco, artesano, tamborilero y alabardero de Albalate del Arzobispo. Le preocupa la despoblación pero, sobre todo, que la generación actual llegue a confiarse y no ponga medios. Lo ejemplifica con Urrea de Gaén, un pueblo que «no alcanza los 500 habitantes y en el que el 100% de la gente está dentro de la procesión. Pocos se ven mirando cómo pasa», afirma.
A estos factores se suma la tarea de cuidar las marchas tradicionales. Consideran que el deber de los mayores es transmitirlas pero el de los jóvenes, hacerlas suyas. «No digo que vayamos a perder el ADN sonoro pero debemos cuidarlo y potenciarlo», apunta Bordonaba. «Toda la vida se han inventado toques y se ha innovado, pero hay que distinguir entre procesiones y exhibiciones y en ningún caso mezclarse ni convertirse en nuestra seña de identidad. Nuestras marchas nos hacen únicos», añade.