El pregón, el chupinazo y la puesta del cachirulo fueron protagonistas el fin de semana
Las sonrisas de complicidad inundaron la Ciudad del Compromiso durante el concierto de Loquillo en la madruga del pasado domingo. «Siempre dispuestos para alegrarse el día», los caspolinos se encuentran inmersos en plena celebración de las fiestas en honor a San Roque. El pregón del pasado viernes inauguró un periodo en el que el fuego, las vaquillas, el chupinazo, el descenso de cachivaques y la música cobran protagonismo en una celebración que culminará mañana con toros de fuego y con la retirada del cachirulo a San Roque.
Al caer la noche del viernes, el alboroto de las calles delataba que iba a llegar uno de los instantes más especiales de las Fiestas en Honor a San Roque: el pregón y el acto de presentación de las caspolinas mayores e infantiles. Los protagonistas de la velada, engalanados, subieron firmes las escaleras de la Colegiata para disponerse a recibir con los brazos bien abiertos cinco días de fiesta con mayúsculas. A las once de la noche, el rojo fuego se adueñó del escenario segundos antes de de recibir a Sara Ferrer, la pregonera de la Peña Oficina-Amigos del Fuego, quién recitó las palabras que arrancaron los aplausos entre miles de miradas que admiraron la escena. «Pensaba que nunca volvería a sentir esa inexplicable emoción que experimenté cuando fui dama de joven. Pero este año, gracias a la oportunidad que me ha dado mi peña, he podido revivir el mismo sentimiento», declaró Ferrer, minutos después de recitar el pregón entre palabras y gestos de cariño de sus compañeros. Tras la proclamación, el cuerpo municipal procedió a realizar el acto de imposición de las bandas a las caspolinas infantiles y mayores quiénes presidieron expectantes el acto desde el centro de la Colegiata Santa María la Mayor.
Con las bandas puestas y la invitación de Jesús Senante, alcalde del municipio, a «dejar atrás los problemas y vivir el momento» comenzó a sonar el himno de la localidad y fueron los fuegos artificiales los que pusieron la nota final a una larga noche que acababa de comenzar.
Sin duda el sábado fue uno de los días más grandes para los caspolinos. Cientos de personas asistieron a las 13.30 al lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas en la plaza del Ayuntamiento. El alcalde, acompañado por las damas y reinas de fiestas, invitó a todos a disfrutar de las patronales. «Para Caspe es un día muy grande y como alcalde he sentido una gran emoción al lanzar el cohete», explicó el alcalde, Jesús Senante.
Ya por la tarde, un sol resplandeciente brilló de manera especial durante la puesta del cachirulo a San Roque y el pasacalles. El intenso amarillo de la Peña El Restojo puso un toque de color con un dragón oriental que zarpó entre los miles de caspolinos que bailaron al ritmo de las notas de la charanga. Ramón Martínez y a Manuel Filluela, encargado de ponerle el cachirulo al santo, vivieron un momento «muy esperado desde la infancia». Ambos se alzaron para ponerle el el pañuelo a San Roque desplegando una pancarta de «felices fiestas» y, como si hubieran prendido la mecha de un fuego artificial, el amarillo estalló en la repleta plaza de la hermita de llegando a todos los asistentes que recibieron el acto con los brazos en alto y coreando al unísono un «¡Viva San Roque!» que recorrió las calles del municipio durante toda la tarde.
La actividad sigue hoy con las vaquillas y la ofrenda de flores a la Asunción de la Virgen.