No olvidar la mascarilla al salir de casa. Ponerse gel hidroalcohólico en la entrada de cualquier establecimiento. Respetar el metro y medio de distancia de seguridad. Tener que contar con cuántos amigos o familiares vas a quedar. Tomar algo en una terraza con un frío helador. Mirar el reloj para no saltarse el toque de queda. No poder salir de la Comunidad de Aragón ni cambiar de una provincia a otra durante meses. Estar lejos de los seres queridos… Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretó el pasado 14 de marzo de 2020 el Estado de Alarma, nuestras rutinas han cambiado por completo.
Ha sido un año muy duro en el que 3.300 aragoneses han perdido la vida, la situación económica ha sufrido un fuerte revés y nuestra forma de relacionarnos está muy lejos de ser como era antes. Afortunadamente, la campaña de vacunación va cogiendo ritmo en este 2021 y el futuro es esperanzador para todos. Hoy, con motivo del aniversario del covid, vamos a echar la mirada atrás mes a mes para recordar a través de 12 imágenes cómo se han transformado nuestras vidas.
Marzo: Y, de repente, apareció el «bicho»
Marzo arrancaba con el sonido de los tambores que se preparaban para una Semana Santa que finalmente no se pudo celebrar y con el color de los Carnavales, la última gran fiesta multitudinaria antes de la llegada del covid. Con el estado de alarma ese virus que llegaba de China ya era una realidad y el Bajo Aragón Histórico se tuvo que adaptar, al igual que el resto del mundo, a vivir en una pandemia. Los números no paraban de aumentar, los contagios y las muertes; y también las consecuencias sociales y económicas del coronavirus con la bajada de persianas de negocios y servicios. Se hospitalizó el Hotel Ciudad de Alcañiz para desplazar a pacientes fuera del centro sanitario debido a la falta de camas. Además una ola de solidaridad se extendió confeccionando mascarillas o batas, realizando donaciones o con gestos tan sencillos como dibujando arcoíris.
Abril: Redobles de esperanza
Abril comenzó con la reducción por primera vez de la presión asistencial en el sector sanitario de Alcañiz al pasar de 52 a 46 ingresos. Al terminar el mes se cerró el hotel y solo quedaban cuatro ingresos. La preocupación se centró en las residencias. El mayor brote lo sufrió el centro de Valderrobres, que tuvo que lamentar el fallecimiento de 13 ancianos y más de 60 contagios entre residentes y trabajadoras. También hubo contagios en las dos residencias de Caspe. En abril creció, además, el debate sobre la adecuación de las medidas de confinamiento a la realidad del medio rural conforme avanzó la ampliación del estado de alarma y, paralelamente, muchos pueblos de Teruel se mantenían a salvo del covid. El primer festivo importante llegó el 23 de abril con el día de San Jorge y de Aragón, cuando los bajoaragoneses tuvieron que hacer uso del ingenio para celebrarlo desde los balcones. Después llegó la Semana Santa y desde los mismos balcones, jardines y terrazas sonaron los tambores.
Mayo: Arranca la desescalada
Llegaron los primeros paseos y las primeras salidas deportivas. En mayo se escucharon al fin las reclamaciones del medio rural de cara a la gestión de la desescalada y, como primera medida, se eliminaron las franjas horarias para salir a la calle en los pueblos de menos de 5.000 habitantes. Además, se permitió el acceso a los huertos domésticos. Poco a poco, a lo largo del mes, se fue abriendo la actividad comercial y la hostelería, con la ampliación de las terrazas. En las residencias comenzaron a entrar visitas, aunque entre cristales y respetando las distancias. También se hizo obligatorio el uso de mascarillas. Fue también en mayo cuando comenzaron las movilizaciones del sector hostelero y turístico.
Junio: Gran pacto y brotes en Caspe
Junio comenzó en Aragón con un gran pacto que reunió a agentes políticos de todos los partidos (excepto Vox), empresarios y sindicatos. La Estrategia Aragonesa para la Recuperación Social y Económica recogió hasta 273 medidas concretas en materia de desarrollo territorial, políticas públicas, economía y empleo. Se homenajeó a las víctimas plantando carrascas y se reabrieron consultorios, que no tardaron en reclamar más personas. Apareció también la figura de los rastreadores. Al territorio comenzaron a llegar los primeros temporeros y surgieron brotes en Caspe, donde se abrió un «centro limpio» en el Convento de Santo Domingo. Esta comarca regresó a la fase 2 tras tan sólo unos días en «nueva normalidad».
Julio: Vuelta a la fase 2 y mascarillas
El gobierno aragonés decidió a mediados de julio y visto que no cesaban las altas cifras de contagios, emitir una nueva normativa por la que las mascarillas eran obligatorias aunque se pudiese mantener la distancia de seguridad tanto en recintos cerrados como en el exterior. Otro gran cambio sanitario de este mes fue la entrada del 70% de los aragoneses en la Fase 2 «flexibilizada» para frenar el aumento de casos y la tendencia al alza. Este cambio supuso para la Comarcas del Bajo Aragón-Caspe una ligera relajación en las limitaciones a las que habían regresado durante el mes de junio. Sin embargo, solo una semana después volvía a retroceder a la fase dos de la desescalada sin flexibilización ante el incremento de los casos. En Alcañiz se registró un brote que, al parecer, se originó en una discoteca de Peñíscola a mediados de julio.
Agosto: Los aforos marcan el mes más festivo
El mes de agosto no llegó como todos, ni mucho menos. Las restricciones de la pandemia echaron por tierra las fiestas patronales, las meriendas en las peñas y el ocio nocturno. Se prohibieron las reuniones de más de diez personas. Pero aún así, muchos pueblos no quisieron aparcar las celebraciones del todo, por lo que organizaron diferentes actos como las balcocarrozas de Mas de las Matas o la simbólica puesta del pañuelo a San Roque en Caspe. Los deportes al aire libre y las excursiones para disfrutar de la naturaleza y de nuestros pueblos se convirtieron en los planes estrella en un mes atípico en el que en muchas localidades ni siquiera abrieron las piscinas municipales. El medio rural se afianzó como destino seguro y la ocupación turística comenzó a superar todas las expectativas.
Septiembre: Vuelta segura y con mascarilla al cole
Con la llegada de septiembre se encaró uno de los grandes retos de la pandemia, la vuelta a las aulas de manera escalonada. El brote más importante afectó al Hogar Santo Ángel de Alcañiz, donde hubo 11 fallecidos y se llegó a los 70 contagios. Los ingresos de sus usuarios junto con los de la residencia de Alcorisa elevaron la presión asistencial del Hospital y, por segunda vez, hubo que medicalizar un espacio, en esta ocasión la residencia de Alcañiz. La localidad de Andorra inició el 11 de septiembre el confinamiento perimetral y regreso a la fase 2 por el incremento de casos de covid. Un día después, el 12 de septiembre, dijimos adiós al cantautor de Alloza Joaquín Carbonell tras luchar casi dos meses contra el covid-19 en el Hospital Clínico de Zaragoza No tardaron en sucederse múltiples mensajes de cariño y de homenaje.
Octubre: El puente que no se debió cruzar
El puente del Pilar en octubre supuso el caldo de cultivo de la tercera ola de covid en Aragón. Aunque el ejecutivo autonómico decretó la fase 2 en Zaragoza capital durante las «no fiestas» las medidas no fueron suficientes para contener la expansión del virus. El buen tiempo y la libre movilidad propiciaron un impulso importante del turismo en el Bajo Aragón Histórico, donde en algunos pueblos como en Beceite se vivieron momentos de colapso. A final de mes se batieron récord de contagios -1.078 en una sola jornada- en la Comunidad Autónoma. Aragón pasó al nivel 3 de alerta con el cierre del interior de la hostelería y de gimnasios, entre otras medidas.
El Pilar se celebró de forma simbólica en varios pueblos. En Calanda, no se resistieron a ofrecer flores a la Virgen, que presidió la plaza de España.
Noviembre: Hostelería en armas y Hospital saturado
En noviembre, con los cierres perimetrales de las capitales y las provincias y Aragón en alerta de nivel 3, la situación sanitaria se complicó también en el territorio. El Hospital de Alcañiz superó los 40 ingresos de personas con covid-19 y terminó por medicalizarse la residencia Hogar Santo Ángel de la capital bajoaragonesa. Los contagios en el puente de Todos los Santos doblaron los del Pilar, alcanzándose los 87 positivos en tres días en el sector sanitario de Alcañiz. Por su parte, el sector de la hostelería y el turismo recrudeció sus protestas y una ola de movilizaciones y caceroladas impregnó calles y plazas de todo el territorio. También salieron a la calle los clubes, gimnasios y espacios deportivos, que tuvieron que cerrar con la entrada de la alerta 3.
Diciembre: ¡Vacuna al fin!
Diciembre terminó con una imagen para encarar 2021 con esperanza. La de las primeras vacunas en residencias de ancianos. Antonio Fuster, de Mas de las Matas; Lidia Jarque, de Valderrobres; y Carmen Mir, de Alcañiz, fueron los primeros bajoaragoneses en vacunarse entre aplausos, villancicos y mucha emoción. Durante los días de Navidad (23 al 26 de diciembre) y de fin de año (30 de diciembre al 2 de enero) se permitió entrar y salir de Aragón y viajar entre provincias para facilitar los encuentros familiares directos.
Enero: Brotes y PCR en los pabellones
Los encuentros navideños y las reuniones de Nochevieja dispararon los contagios por covid en el Bajo Aragón Histórico. En Alcañiz, a día 14 de enero, se habían contabilizado hasta 180 positivos desde que había comenzado el año ligados al ocio entre jóvenes. También Valdealgorfa sufrió un fuerte brote con origen en reuniones navideñas y en ambas localidades se realizaron PCR en los pabellones municipales. El Gobierno de Aragón confinó perimetralmente Alcañiz el 16 de enero y endureció las medidas para toda la Comunidad, entre ellas, el toque de queda a las 22.00 y reuniones máximas de 4 personas. Apenas una semana después las restricciones se endurecieron para Alcañiz con el cierre interior de la hostelería y de la actividad no esencial a las 18.00. También en enero comenzaron las vacunaciones a los profesionales de primera línea.
Febrero: Baja la incidencia y se alivian las restricciones
Aragón comenzó el mes de febrero prorrogando la fase 3 agravada y los confinamientos provinciales y autonómico. Sin embargo, poco a poco la incidencia de coronavirus llegó a sus mínimos y se fueron aliviando las restricciones. Alcañiz volvió el 19 de febrero al mismo nivel de alerta que toda la Comunidad y pudo reabrir el interior de la hostelería. A las buenas cifras ayudaron los fuertes controles policiales, especialmente durante el fin de semana del Choricer y carnaval, para evitar las tradicionales reuniones en los masicos. Por fin, el día 27 se desconfinó Alcañiz y se volvieron a relajar las restricciones en todo Aragón: toque de queda a las 23.00 y máximo reuniones de seis personas. Desde este mismo viernes, ya en el mes de marzo, se permite viajar entre las provincias aragonesas.