El 125º aniversario de la cofradía de la Virgen de los Dolores de Caspe trae novedades en su junta. «Una renovación siempre trae aires nuevos y viene bien», señala Ana Jarque, la hasta hace unos meses presidenta de esta cofradía. Por ello, le cede el testigo a su compañera y amiga María Ángeles Bret, para que siga con la labor de hacer crecer y progresar a este grupo de cofrades féminas tan característico en la Ciudad del Compromiso.
Tras 12 años al frente de la cofradía y toda una vida formando parte de la misma, Jarque ha visto el momento de cambiar su puesto en esta agrupación. Esta amante de la Semana Santa seguirá procesionando junto al resto de mujeres, pero ya no será desde la presidencia. No obstante, en la junta seguirán contando con su experiencia. «Hemos caminado muy bien todas juntas hasta el momento y hemos conseguido todos los retos que nos hemos propuesto», recuerda Jarque haciendo un balance de los últimos años. De este modo, se restauró la peana, la cara de la Virgen, se publicó un libro acerca de la historia de la cofradía y se han restaurado los caballetes.
Además de estos avances materiales, la cofradía ha vivido en los últimos tiempos un gran progreso, pues desde que entró Ana Jarque a la presidencia con unas 150 cofrades, actualmente son casi 200 las que sacan a la virgen cada Martes y Viernes Santo. «Con la nueva presidenta vamos a seguir teniendo tanto reformismo y prosperidad como hasta el momento», augura Jarque orgullosa de su compañera.
Por su parte, la nueva presidenta, María Ángeles Bret, asegura que continuará con el trabajo que se ha realizado hasta el momento: «Esperamos trabajar para transmitir nuestra pasión a las nuevas generaciones y que en un futuro quieran seguir apostando por la continuidad de esta cofradía».
Representar a una institución de tan largo recorrido es un gran reto. Pero, ya se han preparado algunos detalles para conmemorar el 125 aniversario, como la incorporación de la Banda Municipal de Música a la procesión.
No obstante, «antes de que se registrara la cofradía en el Arzobispado de Zaragoza, ya existía años atrás, por lo que seguramente es mucho más longeva», explican las cofrades. Estas dos quintas del 72 se unieron a la cofradía tras comulgarse y, desde entonces, han transmitido su pasión por La Virgen de los Dolores.