La 39 edición de la Vuelta al Bajo Aragón-Caspe arrancará este viernes desde Chiprana. 198 ciclistas cadetes (7 mujeres) de toda España y de otros puntos de Europa como Bélgica se preparan ya para disputar esta consolidada prueba del 4 al 8 de agosto en territorio bajoaragonés. La carrera, organizada por el Club Ciclista Caspolino, es la única prueba en esta categoría que se disputa en España con cuatro etapas. Además, en esta edición, la competición recupera un recorrido que se perdió en 2005, volviendo así a pasar por Sástago después de 18 años.
«Estamos muy contentos porque tenemos el límite de carrera en 200 ciclistas. Quedan dos plazas pero tenemos algunos equipos en lista de espera. El mínimo son 4 ciclistas por equipo, de ahí que no puedan entrar más», explica Santi Catalán, secretario del Club Ciclista Caspolino y miembro de la organización de la Vuelta al Bajo Aragón.
Las cuatro etapas
La primera etapa comenzará y finalizará en la localidad de Chiprana el viernes, 4 de agosto, a partir de las 18.00. Será una frenética y breve contrarreloj individual de 4,2km que permitirá ir abriendo boca. Ya el sábado, se disputará la segunda etapa entre Fabara y Sástago, pasando por Escatrón. Serán 69 kilómetros con final escarpado que servirán para ir marcando las primeras diferencias.
La tercera jornada, coincidiendo con la etapa reina, será el domingo entre Fayón y Caspe. Comenzará a las 10.30 para finalizar, tras 65,6 km, en el siempre espectacular alto del Castillo de Caspe. La última etapa tendrá que esperar al martes 8 de agosto, que, tras la jornada de descanso, consistirá en el tradicional circuito rompe piernas de Caspe, con 63,4 km y final en la Avenida Chiprana, junto al parque de Bomberos.
Como cada edición, habrá multitud de categorías: clasificación general, ganador de la montaña, metas volantes, premio a la regularidad y clasificación por equipos. Todo ello, será posible gracias al trabajo de más de 100 voluntarios. «Hay que pensar que son casi 180 kilómetros de carrera. Nos hace falta mucha gente y sin ellos sería imposible», terminó Santi Catalán.