El 60% de los establecimientos del Bajo Aragón Histórico ya están trabajando después de que este lunes, en el primer día de la fase 2, ya se permitiera el 40% de aforo en el interior de los locales. Una cifra que este martes se elevará al 50% gracias a una orden del Gobierno de Aragón que entra en vigor. Algunos ya abrieron el interior de los establecimientos el viernes cuando, por sorpresa, el BOE publicó que en los pueblos de menos de 10.000 ya se podía abrir el interior de los bares y restaurantes al 40%, adelantando así tres días la fase 2.
Los que ya han abierto su terraza en estas dos semanas ya están acostumbrados a trabajar con las medidas de seguridad que exige la situación y los que ayer levantaron la persiana por primera vez lo hicieron con precaución y también con ganas de reencontrase con sus clientes.
Todos coinciden en hablar de «incertidumbre» por cómo responderá la ciudadanía, lo que unido a los ERTE a llevado a muchos empresarios a seguir con la puerta cerrada. «Hoy (por el lunes) estamos al 60% aunque algunos ya se están adaptando para abrir a lo largo de la semana y otros esperan a la Fase 3. Los que tienen pocas mesas o no cuentan con posibilidad de terraza no les interesa porque van a pérdidas», explica Juan Ciércoles, presidente de la Asociación Provincial Teruel Empresarios Turísticos.
El andorrano destaca las «facilidades» que reciben los bares de las administraciones locales al permitir la ampliación de las terrazas para contar con más mesas pese a las distancias de seguridad y el aforo limitado del interior del local. Todos los ayuntamientos apuestan por la peatonalización de calles o ganar espacio a los aparcamientos para que los bares monten más veladores. «Si no fuera por las mesas que se están ganando en la calle sería totalmente inviable abrir. Nos están dando muchas facilidades y se lo agradecemos. Llevamos diez semanas cerrados con cero ingresos y muchos pagos comprometidos», apunta Ciércoles, quien sigue reclamando las «máximas facilidades» por parte de todas las instituciones para un sector que no sabe cómo afrontará el verano. Todo parece indicar que la temporada estival comenzará en julio y, para Ciércoles, Teruel tiene unas características que el turista demanda como es pueblos tranquilos sin masificaciones, naturaleza y patrimonio.
Hotel-restaurante Posada Guadalupe de Monroyo
El hotel-restaurante Posada Guadalupe ya abrió hace dos semanas la terraza, con la que piensa continuar tan solo con los trabajadores autónomos (la familia). Entre semana con servicio de bar y el fin de semana, de restaurante también. El fin de semana pasado ya trasladó la terraza al jardín La Noguera, un entorno preparado para bodas en el que caben hasta 150 personas. «Ha habido mucho trabajo para los que trabajan. Estamos agradecidos a la gente por su respuesta pero no satisfechos porque aún falta el movimiento de clientela necesario para sostener los recursos que necesita la empresa al 100%», explica el gerente, César Lombarte.
Restaurante-Aparhotel Meseguer de Alcañiz
Restaurante Meseguer volvió a levantar ayer la persiana atendiendo a 30 comensales en su restaurante y hoy probablemente abrirá el bar. Seguirán también con el reparto de comida a domicilio que tan buena acogida ha tenido en estas semanas. Meseguer abrió con muchas ganas y extremando las medidas de seguridad y limpieza al máximo. Han separado las mesas, que ya no tienen aceiteras ni vinajeras de uso común, tan solo individuales. Cuando los clientes se levantan se desinfecta toda la mesa al igual que el TPV. «A los que llevamos toda la vida dedicándonos a la hostelería se nos ha hecho muy duro, teníamos ganas de reencontrarnos con los clientes. Bendita rutina», comenta Pedro Meseguer.
Restaurante La Granja de Alcañiz
En el restaurante La Granja de Alcañiz «no han estado parados» como dice su gerente, Petrica Tudor. Ayer abrieron el restaurante con 24 de las 60 plazas (el 40% del aforo) y ya tenían reservas. Realizaron cambios como eliminar las vinajeras y reproducir la carta en los manteles individuales de papel. En estas dos semanas han servido en la terraza, que han ampliado de cuatro a seis mesas al concederles el Ayuntamiento más espacio. «La respuesta ha sido muy buena, los clientes tenían ganas y ven que limpiamos mucho, lo que genera confianza», explica Tudor. En las semanas previas a la desescalada ofrecieron comida para llevar.
Bar Becerra de Andorra
El bar Becerra de Andorra abrió el viernes su terraza y además se encontró con la «sorpresa» de que el BOE le permitió ocupar el 40% de las mesas del interior. Por el momento los números «no son los de antes» pero el balance es satisfactorio y ya han levantado el ERTE a los trabajadores. Su gerente Emilio Belenguer da las gracias al Ayuntamiento por permitirles montar más veladores (ver página 10) y también a los clientes que les han ayudado con las estructuras de madera. Gracias a la nueva normativa municipal han pasado de las seis mesas que tienen después de Semana Santa a atender ahora hasta a una cincuentena de comensales en las terraza.
Fonda La Plaza de Valderrobres
Varios comensales del Matarraña, poco antes de las dos de la tarde, fueron ayer los primeros clientes de Fonda la Plaza durante el primer día de la fase 2 de la desescalada. Desde el establecimiento, una de las fondas más antiguas de España, esperaban con impaciencia poder reabrir y así lo hicieron el fin de de semana. Lo cierto es que reconocen que hasta que no lleguen turistas de otras provincias no trabajarán a un ritmo cercano al anterior a la crisis. «Creo que será lento pero estamos empezando ya a tener un tímido goteo de clientes lo cual nos alegra mucho», explicó Loli Collantes, gerente de Fonda La Plaza.
El Salt de Valderrobres
Desde Hotel El Salt de Valderrobres confían en que los meses veraniegos, especialmente julio y agosto, serán relativamente buenos y se podrá trabajar, dentro de las estrictas nuevas medidas de higiene. Aunque el aforo del establecimiento ha bajado considerablemente varias mesas devolvieron ayer al comedor del restaurante un aspecto parecido al que presentaba semanas antes de la crisis. Transportistas, repartidores, empresarios y trabajadores fueron ayer unos de los primeros clientes del establecimiento. Durante estas semanas ha aprovechado además para actualizar las ya renovadas habitaciones del hotel.
Bar-restaurante La Oficina de Alcañiz
El tiempo, con truenos y lluvia, no acompañó ayer por la mañana en la reapertura del bar-restaurante La Oficina pero con el sol por la tarde se fue «animando». Su propietario, Noel Álvarez, trabaja solo con su mujer pero espera a ver cómo evoluciona la clientela para rescatar a trabajadores del ERTE. En su caso, al estar en el lado opuesto, no se verá beneficiado de los cambios del Ayuntamiento en la avenida Aragón y no podrá sacar terraza. «Nos lo tomamos como si fuese una experiencia nueva de la que estamos aprendiendo. Volvemos con muchas ganas y extremando la limpieza», apunta Álvarez.
Mi Caffe de Caspe
El bar y cafetería Mi Caffe abrió de nuevo sus puertas el miércoles tras dos meses cerrada. Sus dueños, Moisés Poblador y Elisabeth Llop, aseguran que se sintieron muy nerviosos, como si estrenasen el negocio por primera vez. «A pesar de vivir este mal periodo somos positivos y estamos seguros de que saldremos de esta crisis», explican. «Podremos sobrevivir gracias a nuestros clientes». El fin de semana ya notaron el apoyo ciudadano, llenando su terraza hasta el límite permitido.
Esta semana continuarán con la normativa de la fase 1 debido a las condiciones de su local y porque «están muy concienciados».