«Este año lo vamos a vivir con todavía más devoción si cabe», reconocen orgullosos los miembros de la cofradía ‘La Flagelación’, conocida como La Columna, la cual cumple 75 años. Por ello, después de la tradicional misa que celebra cada año esta agrupación, esta vez habrá también una actuación musical para recordar a todos aquellos cofrades que ya no les acompañan.
De hecho, la historia de esta cofradía siempre ha estado ligada a la música. En 1960, ya hacía 11 años que se había fundado, pero entonces se creó la Rondalla de San Antonio y, con ello, se revolucionó la cofradía. Un párroco que estaba entonces en Caspe propuso dinamizar la Semana Santa de esta localidad y darle nuevos aires introduciendo en ella la música. «Aquí hay dos opciones, o tocar el tambor o cantar, pero en esta fecha quiero que suenen las notas musicales», dijo aquel párroco, según recuerda el longevo cofrade Alfredo Grañena. Así, paulatinamente, se fueron incorporando los instrumentos a las distintas cofradías caspolinas. A raíz de ese momento, los tambores empezaron a resonar en las calles de Caspe, pero años después se introdujeron también los bombos y las cornetas.
Pero esta novedad trajo consigo más cambios a las cofradías, pues al contar con parte de los cofrades al mando de los instrumentos, estas agrupaciones se vieron obligadas a encargar unos carros con los que sacar de manera más cómoda al Santo. Estas nuevas posibilidades de la cofradía permiten a quienes forman parte de ella una mayor flexibilidad, pues unos se decantan por los instrumentos y muchos de los que no tienen tiempo de ensayar colaboran llevando a Cristo.
La cofradía de ‘La Flagelación’ tiene su día grande cada Lunes Santo en la procesión de La Sentencia, la cual iniciaron en el 50º aniversario de esta agrupación. Este día sí que se porta a Cristo a hombros hasta la Colegiata de Santa María la Mayor. «La escena que se recrea, en el marco de ese gran edificio religioso es visualmente una escena preciosa», señala emocionada Elisa Adell, presidenta de esta cofradía. Según reconocen los cofrades con más trayectoria en este grupo, La Sentencia no es de las más tradicionales o con más longevidad, pero sí «de las más bonitas y emotivas de ver».
Esta cofradía consta actualmente de más de 120 integrantes. La mayoría de ellos han entrado en ella a través de familiares y amigos. El caso de José Ballabriga, sin embargo, fue cuestión de iniciativa propia, pues la familia de su mujer ya participaba en ella, pero a raíz de que sobraban un par de trajes, decidió unirse a la cofradía y colaborar. Desde entonces ha sacado el paso, ha tocada la trompeta, el tambor y ha salido de romano. Por otro lado, la situación de Alfredo Grañena también fue singular, pues a raíz de tocar la guitarra en la rondalla, por petición del párroco, se inclinó por incorporarse a la cofradía de la ‘La Flagelación’.
Y Elisa Adell, la actual presidenta, es descendiente de uno de los fundadores de esta cofradía, Antonio Ralfas. De hecho, el hermano de Ralfas fue quien se desplazó hasta Extremadura en busca de la imagen. También las tías de Adell se encargaron de las primeras túnicas, lo cual denota la estrecha relación de esta familia con la Semana Santa Caspolina. Así, entre familias y amigos, la agrupación ha crecido a lo largo del tiempo y se ha ido consolidando, incorporando novedades, pero manteniendo la tradición.
