Mariano García
La Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón va a abrir delegación en Teruel y el lugar elegido es Andorra, la localidad natal del popular Pastor. Va a ser precisamente el lugar dedicado allí a la memoria de José Iranzo, el Centro del Pastor de Andorra de la Jota y del Folclore Aragonés (calle de Aragón, 17), donde se ubicará la delegación de la Academia. La inauguración tendrá lugar este sábado, y en el programa de actos, que se iniciará a las 10.30, se incluye el nombramiento de nuevos académicos de honor.
Los elegidos son 13 andorranos que se han distinguido en el ámbito del folclore y la música tradicional: Natividad Alquézar, Manuel Bielsa «Santicos», Francisco Camín, María Cubero, José Félez «el Gordico», Agustín Galve «Floquicos», José Antonio Galve, Vicente Galve «el Pano-llo», Ramón Insa, María López «la Civila», Antonio Querol, María Jesús Quílez y José Luis Sauras «Pepón».
«Queríamos hacerles nuestro modesto y merecido homenaje como figuras que son de nuestro folclore –señala Carmelo Artiaga, director de la Academia de las Artes del Folclore y la Jota–, un homenaje complementario al que realizaremos en enero». Y es que en enero, el día 28, está previsto que se celebre un nuevo acto de nombramiento de académicos de honor. El año pasado tuvo lugar en la sede de la Diputación de Zaragoza, con los primeros 48 nombramientos, y este año lo será en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza. La lista de los distinguidos aún no se ha difundido.
La Academia –una asociación creada en 2017– da así un nuevo paso en su camino de puesta en valor del folclore aragonés, sector que, según los últimos datos difundidos, agrupa dentro y fuera de la comunidad autónoma aragonesa a unas 80.000 personas, que ofrecen más de 4.500 actuaciones al año y suman más de dos millones de espectadores.
Numerosas adhesiones
La Academia, a la que pertenecen actualmente más de 200 personas vinculadas a las diferentes especialidades, como el baile, canto, música, enseñanza, dirección, coreografía, historia, literatura o indumentaria, nació con dos objetivos claros: regularizar la enseñanza del folclore en Aragón y lograr que la jota sea declarada Patrimonio de la Humanidad.
«Seguimos trabajando sin prisa pero sin pausa –subrayaba ayer Artiaga–, porque esto cada mes va creciendo más y las manos para trabajar son las mismas que cuando empezamos». En estos momentos, más de 60 localidades aragonesas se han adherido ya oficialmente, tras aprobarse en sus respectivos plenos, a la solicitud de declaración de Patrimonio de la Humanidad. En la lista ya hay incluso una localidad (Sagunto) de fuera de Aragón, mientras ayer se añadieron Peracense (Teruel), Morata de Jalón y Torres de Berrellén (Zaragoza).
Aunque desde el Gobierno de Aragón se planteó en principio que la candidatura fuera de la mano de las distintas jotas que se pueden escuchar en España, en los últimos meses se está trabajando ya en la candidatura de la jota aragonesa presentada en solitario.
