El Ayuntamiento ha llegado al fin a un consenso con la empresa y solo falta concretar el precio y los metros cuadrados
La Comercial Sílices y Caolines de Aragón (SYCA) y el Ayuntamiento de Alcañiz han llegado a un acuerdo para que la empresa pague un alquiler por los terrenos municipales que ocupa. El miércoles tuvo lugar una reunión entre ambas partes y tan solo falta por determinar la cuantía a la que se pagará el metro cuadrado, para lo que se valorará el precio de mercado de la zona; y los metros exactos que son de propiedad municipal por los que se cobrará. Una vez se concreten estos aspectos por parte de los técnicos municipales, se firmará un contrato y Syca comenzará a pagar un alquiler al Consistorio alcañizano.
Una cuantía que tal y como adelanta la concejal de Hacienda, Anabel Fernández, «no será muy elevada» porque Syca «no se asienta en tanto terreno municipal como se cree». «Es la zona en la que hacen el acopio de caolín, sus naves y oficinas están en terrenos propios o alquilados», explica la edil, quien destaca que no habrá problema en llegar a un acuerdo económico porque «la empresa lo quiere arreglar».
Respecto a por qué se ha tardado tanto tiempo en cobrar un alquiler a la empresa Syca, Fernández especifica que se está trabajando en este asunto desde antes de verano y ya se han realizado tres reuniones entre ambas partes con la del miércoles. «Es un tema tan antiguo que cuesta mucho obtener información. Los técnicos se basaron en mapas antiguos de los años setenta, ha habido que mirar escrituras muy viejas e incluso se hubo que consultar al anterior arquitecto, ya jubilado», especifica la concejal de Hacienda.
Este medio se puso en contacto ayer con la gerencia de la empresa Syca, que rehusó realizar declaraciones sobre este asunto.
Los vecinos piden que se marche
Con el pago del alquiler se pone fin a una vieja reclamación social que se prolongaba desde hace varias legislaturas: que Syca pague por la utilización de terrenos municipales. Sin embargo, la Asociación de Vecinos de la Margen Izquierda (AVEMI) sigue reivindicando que la empresa se marche del casco urbano. En mayo de 2016 tuvo lugar una reunión de AVEMI con el alcalde, Juan Carlos Gracia Suso; y los portavoces de los grupos para conseguir un «frente común» en la búsqueda de una «solución» para que la empresa se traslade fuera del casco urbano. Aunque la asociación siempre había hablado de Syca en sus reuniones con el equipo de gobierno, la gran diferencia es que ese día quiso consensuar una posición común con todos los grupos políticos.
«Nuestra reivindicación es la misma de siempre, seguimos convencidos que en estos momentos no pueden convivir en un mismo espacio urbano viviendas y una actividad industrial molesta», explica la presidenta de AVEMI, Mari Cruz Lasheras, quien quiere que el Ayuntamiento entienda que la actividad de Syca sigue siendo «molesta» para toda la localidad, no solo para el barrio que rodea la fábrica, Capuchinos debido a la inmisión de partículas en suspensión. Denuncian que «el polvo que produce Syca se mete en sus casas traspasando incluso el doble cristal».
El miércoles los vecinos tuvieron una reunión en la que decidieron esperar para ver si el Ayuntamiento se pone en contacto con ellos y, si no es así, la próxima semana solicitarán formalmente una reunión. Desde el citado encuentro de mayo de 2016 el Consistorio no les ha vuelto a citar tal y como denunciaron el lunes en el pleno mediante una pregunta. En octubre de 2016, febrero y noviembre de 2017 reclamaron una nueva reunión de la junta de portavoces sin obtener respuesta. «Rogamos que nos digan si la piensan convocar porque si tienen el mismo comportamiento que en 2017 ya podemos pensar que nos reuniremos con el próximo equipo de gobierno municipal tras las elecciones de 2019», afirman en la pregunta que se leyó en el pleno del lunes.
Un Plan de Calidad en 2008
Lo cierto es que el asunto llevaba unos años sin estar en primera línea de la actualidad. En 2008 se aprobó un Plan de Mejora de la Calidad del Aire en Alcañiz elaborado por DGA y Ayuntamiento. Sin embargo, tan solo se pusieron en marcha las medidas técnicas para reducir y controlar los niveles de partículas en suspensión. Aunque se habló de cuatro posibles emplazamientos para trasladar la fábrica, finalmente no se llevó a cabo ningún traslado. Este cambio habría tenido un coste de 11 millones de euros según un estudio.
Lo único que ha cambiado en los últimos años y que puede favorecer un traslado es que con el nuevo PGOU se recalificaron las parcelas de Syca para aumenta su valor y así, con el dinero que obtuvieran con su venta, la empresa pudiera construir una nueva fábrica sin perder dinero.