El levantamiento del cadáver de José Luis Iranzo no lo ordenó un juez. Ni se custodió su cuerpo por los cauces habituales. «No podíamos custodiar el cadáver de Iranzo por la situación de peligro», dijo este jueves el agente que lo identificó largo en el suelo, bocarriba, con una mancha de sangre en el pecho y sin constantes vitales. La noche estaba cerrada, no había compañeros y los agentes temieron por su vida. Dejaron el cuerpo sin vida del ganadero y se marcharon del escenario del crimen.
La patrulla uniformada de Andorra de la que formaba parte este agente se encontraba el día 14 de diciembre de 2017 en La Puebla de Híjar para atender un incidente cuando se la requirió para que acudiera al mas del Saso en torno a las 18.30. La pareja entró a la zona por el camino del mas de Iranzo y, al iluminar la entrada con las luces del coche de la Benemérita, vio un cuerpo en el suelo, «a uno o dos metros de la valla, con la cabeza hacia el camino, lo pies hacia la valla y uno de los brazos levantados», especificó el jefe de la pareja de la patrulla. Mientras su compañero le dio protección, él mismo se dirigió al cuerpo. «Reconocí a José Luis porque ya lo conocía. No tenía pulso, no respiraba. Bajo mi criterio, estaba fallecido», declaró.
«Al comprobar que por él no podíamos hacer nada, lo importante era nuestra seguridad y salimos de allí» . Cuando procedieron a verificar la zona, vieron al padre de José Luis salir de las alpacas de paja, donde se había escondido. Le dijeron que esperara, dieron otra vuelta de reconocimiento y lo recogieron en su vehículo.
Con el padre de Iranzo en el coche, intentaron avisar por radio de que había un cadáver y un «vehículo pickup sustraído». «Ya empezó a sospechar e intuir que era su hijo el fallecido, pero yo no se lo dije. No quería darle la noticia en ese momento y de esas maneras», especificó el agente.
Había problemas de cobertura y sí que escucharon «Roca herido», al mismo tiempo que vieron luces en el mas del Zumino. Hicieron allí una parada. «Romero ya estaba en el Terrano, yo ayudé a los compañeros a meter a Caballero en el Partfinder y les guié al Centro de Salud. Allí intentaron reanimar a Caballero pero no se pudo hacer nada por salvarle», detalló.
En el centro de Salud, este agente informó de que había un cadáver en el mas de Iranzo y «no recuerdo si estaba el capitán o no, ni quien dio la orden. Sólo que entre todos acordamos ir a buscar a Iranzo». Junto al alférez, Melchor Bravo, y tres agentes más, procedieron al levantamiento del cuerpo de Iranzo. No sería hasta pasada la medianoche cuando se reconocieron los cuerpos y la jueza procedió a sus levantamientos.
Pues si q estamos bien arreglados en Andorra. Salen por patas cuando hay un tiroteo y disparan a un chico con problemas mentales. Si q estamos bien protegidos pues, si…