Tras cinco días sin agua potable, la Ciudad del Compromiso ha amanecido este lunes con una calidad de su agua apta para el consumo. Este criterio se ha obtenido tras la calificación y análisis del abastecimiento en Caspe, por parte de la empresa encargada (Aqualia). Así, desde este lunes, el suministro ya cumple con los criterios sanitarios de calidad para el consumo humano.
Desde el consistorio caspolino, sienten «las molestias ocasionadas tanto a particulares como a empresas que hayan podido verse afectadas». Desde el pasado miércoles, los vecinos de Caspe no han podido utilizar el agua de la red pública para el consumo ni para la elaboración de alimentos. Sin embargo, sí que ha sido válida para otros menesteres como la limpieza, el aseo o la higiene personal.
«En cuanto se ha podido se ha vaciado la balsa, que normalmente tiene el fin de cubrir otros remanentes, y que en esta ocasión contenía el agua de las fuertes lluvias de los últimos días. Posteriormente se ha vuelto a llenar para tener agua limpia cuanto antes», ha señalado Gabriel Luena, concejal de urbanismo de Caspe. Del mismo modo, Luena ha explicado las labores que ha desarrollado la empresa concesionaria: «Se han encargado de aumentar la fricción de floculante, reforzar la cloración del agua entrante y han realizado un seguimiento del agua bruta, ya que ahí estaba el principal problema de turbidez».
No obstante, desde el consistorio se subraya la importancia de tener en marcha una nueva potabilizadora que pueda subsanar este tipo de situaciones. «No es una solución a corto plazo pero sí a medio, ya que es importante ponerle ya una fecha a uno de los proyectos más ambiciosos de la localidad. Necesitamos tener agua y que sea cuanto antes», ha insistido Luena.
Por su parte, el coordinador del Centro de Salud de Caspe, Nima Peyman, ha asegurado que no ha habido incidencias sanitarias a lo largo de estos cinco días por el mal estado del agua de boca. Asimismo, en los principales supermercados de la Ciudad del Compromiso han confirmado que no ha habido falta de abastecimiento de agua embotellada durante los últimos días. Reconocen que ha aumentado la demanda de dicho producto pero «no ha sido un problema».
Por ello, los principales afectados han sido las empresas que se dedican a la alimentación, como las panaderías o los productores de encurtidos, entre otras. Estos negocios han tenido que continuar su labor con la compra de agua embotellada, lo que les ha supuesto un mayor gasto en la producción.