Cuna de grandes humanistas y de la Concordia, un hito histórico que precedió al Compromiso de Caspe después de la muerte sin heredero de Martín I de Aragón. Alcañiz puso en valor este jueves su importancia en la historia de España y a todas sus corporaciones lideradas por sus alcaldes que en estos 40 años de ayuntamientos democráticos han trabajado por su pueblo. Hombres y mujeres con sus diferencias ideológicas pero con un mismo fin común: los alcañizanos.
El Teatro Municipal se ha llenado este jueves por la tarde en un acto organizado por el Ayuntamiento para conmemorar los 40 años de los ayuntamientos democráticos y el 900 aniversario de la ciudad de Alcañiz en el que se homenajeó a todos los exalcaldes y corporaciones de las últimas cuatro décadas. Se enviaron casi 200 invitaciones para que fuera un espacio de reencuentros y de recordar vivencias y de ilusión por, entre todos, avanzar a una mejor ciudad.
«Es curioso porque cada uno de nosotros llegamos con nuestras diferencias ideológicas, nos votan por cuestiones distintas, pero una vez en el Ayuntamiento acabas descubriendo que todo lo que nos diferencia pasa a ser lo que nos une, el interés general de la ciudad. Vemos a personas muy diversas y plurales a las que nos motiva lograr que Alcañiz sea una ciudad mejor, que cada paso que se de sea de progreso, que se sientan orgullosos nuestros vecinos y que sigamos evolucionando», dijo el alcalde, Ignacio Urquizu, quien fue el encargado de clausurar el acto antes de la actuación musical de Eduardo Ibáñez.
El protagonismo fue para todos los que han trabajado por la ciudad desde el Consistorio desde 1979 hasta la actualidad y, en especial, a los alcaldes y alcaldesas: José María Pascual (1979-1985 y 1987-1995), Marisol Navarro (1985-1987), Carlos Abril (1995-2007), Amor Pascual (2007-2011) y Juan Carlos Gracia Suso (2011-2019). Todos ellos subieron al escenario para recibir de manos de un edil una escultura conmemorativa y pronunciar unas palabras. En el caso de Pascual, fue su familia la que estuvo presente.
El primero fue Gracia Suso (2007-2011), a quien entregó la escultura Anabel Fernández (PP). Agradeció a su familia todo su apoyo en estos ocho años ya que en la alcaldía «se pasa por momentos duros y ellos siempre están». Tuvo un recuerdo especial para su abuelo Caminals, quien le inculcó la pasión de trabajar por Alcañiz. Caminals estuvo en el Ayuntamiento como teniente alcalde y fue uno de los impulsores de que el Castillo se convirtiera en Parador Nacional; y también fue socio fundador y presidente del Alcañiz C.F; de la cofradía del Silencio y del Casino. «El PP me vino a buscar por ser su nieto. Me acuerdo cuando me llamaron del partido para decirme que me presentara y que al principio no me lo tomé muy en serio. De hecho, en casa no se lo creían hasta que me presentaron en este mismo Teatro», recordó Suso con una sonrisa. Destacó en su discurso que, cuando entró en el Ayuntamiento en 2011, lo hizo con un equipo nuevo con el que gobernaba en minoría y con la situación económica más complicada de la historia de Alcañiz. «Eran tres ingredientes para que no saliera bien pero con la ilusión por trabajar por tu municipio y con gente preparada conseguimos superar esa situación y dejar una ciudad mucho mejor con más y mejores servicios», apuntó el exalcalde.
La siguiente en subir al escenario fue Amor Pascual (IU), alcaldesa en la legislatura 2007-2011. Fue la concejal María Milián la que le hizo entrega del reconocimiento. Pascual dijo que el trabajo que realizaron en su legislatura fue «colectivo con un equipo de cinco personas comprometidas, responsables y con una inquietud política que estaba vinculada a movimientos asociativos, vecinales y medioambientales». Apostaron de una manera clara por la «participación ciudadana, la transparencia y por romper la separación entre Ayuntamiento y ciudadanía». «De alguna manera este homenaje no es solo a los que fuimos alcaldes sino a todas las personas que entran en política y se atreven a dar el paso por su compromiso con su ciudad y por dejar una sociedad mejor», afirmó Pascual.
A su vez, Carlos Abril (PP), quien dirigió el Ayuntamiento de 1995 a 2007, se acordó de los ediles y los funcionarios «ya que no solo depende del alcalde que «funcione» la corporación». En su discurso recordó a dos «grandes políticos y personas» de los que aprendieron mucho todos los que coincidieron con ellos: José María Pascual y Rufino Foz. El primero fue su «mentor» y el segundo, un hombre que le «impresionó» como político pese a pertenecer a otro partido, el PSOE. «Entré en política porque un día me llamó Pascual y me preguntó si quería estar con él. En una localidad la ideología se queda en un segundo plano, puedes hacer las cosas de una u otra forma pero las necesidades que detectas son las mismas», apuntó. El concejal Ángel Espés le dio la escultura conmemorativa.
En el caso de Marisol Navarro fue su hijo, el actual teniente alcalde Javier Baigorri, quien le entregó el detalle a la primera mujer alcaldesa de Alcañiz (1985 y 1987). Navarro destacó la «alegría» por llegar a ser primer edil, el «trabajo inmenso» de aquellos dos años y medio y también el «tremendo dolor» que le supuso «tener que abandonar la alcaldía por los problemas en el grupo municipal» (le realizaron una moción de censura). Navarro hizo hincapié en que para ella fue prioritario en ese momento traer empresas a la ciudad puesto que Alcañiz se iba «quedando atrás y el polígono Las Horcas se había convertido en un aparcamiento de empresas». «En mi etapa vinieron Sogemesa, filial de Gallina Blanca; y Oxaquim; ambas en funcionamiento y se iniciaron los contactos para el traslado de la antigua Bolcase», recordó la exalcaldesa, para la que también fue «fundamental» la consecución de los locales del actual Recinto Ferial y los contactos con Renfe para el levantamiento de las vías del ferrocarril.
El último en recibir el homenaje, a título póstumo, fue José María Pascual, alcalde durante más de 20 años (1979-1985 y 1987-1995). Fue su sobrina Mamen Pascual la encargada de pronunciar unas palabras y recibir la escultura de manos de Urquizu. Muy emocionada, al igual que sus antecesores en el escenario, agradeció al Consistorio el reconocimiento a su tío, del que toda la familia está «muy orgullosa». «A nivel emocional es un momento duro porque la relación de los sobrinos con nuestro tío fue muy intensa, vivió con nosotros toda la vida», apuntó. Su sobrina le definió como una buena persona, gran conversador, con un humor tremendo, amigo de sus amigos y conciliador. Una forma de ser que también trasladó a su faceta como alcalde. «Tenía un talante muy respetuoso, intentaba huir de los conflictos y no tenía enemigos políticos. Fueron años en los que remaron todos en la misma dirección por construir un Alcañiz más grande y brillante», concluyó.
Jose Manuel dice
Una buena iniciativa, pero tristemente se han olvidado, como de costumbre, de los alcaldes pedáneos. Si el alcalde de un pueblo para algunos es muy poco, está claro que el de una pedanía no existe.
María dice
Y de los electricistas, los carniceros, los medicos….