La iniciativa reconoce al andorrano asesinado como una persona insustituible en el sector agrario y el medio rural
Alianza Agroalimentaria Aragonesa entregó este jueves sus premios anuales en un emotivo acto en el que quiso recordar a José Luis Iranzo otorgándole, a título póstumo, un galargón especial. Fue la quinta edición de estos premios que tienen como objetivo reconocer la aportación de personas y entidades a la creación y difusión de los valores relacionados con la producción de alimentos y el mundo rural. El acto fue inaugurado por Martín Llanas, vicepresidente de la Diputación de Zaragoza, y clausurado por Joaquín Olona, consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón.
La viuda del ganadero, Eva Febrero, recogió el galardón en su nombre. Desde Alianza Agroalimentaria definieron a Iranzo como «sindicalista comprometido y con proyección de futuro en UAGA-COAG. Persona querida y respetada por todos, con mucho genio y las cosas muy claras, con una trayectoria sindical de más de 20 años, defensor a ultranza de agricultores y ganaderos, del asociacionismo y del medio rural, que dejó un vacío en el sector agrario insustituible«.
En la categoría de Investigación e Innovación Agroalimentaria, el premio se entregó al Servicio Clínico de Rumiantes (SCRUM) del Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza. Este servicio tiene como objetivo ofrecer a los veterinarios clínicos un centro de referencia al que remitir los casos clínicos que, por su dificultad, precisan colaboración o apoyo diagnóstico. Es un ejemplo de transferencia de conocimiento y de colaboración ya que no sólo cuenta con la participación de los profesores de la universidad que gestionan el servicio sino también con alumnos de la Universidad de Zaragoza y con residentes del European College of Small Ruminant Health and Management.
El premio a la Industrialización y Comercialización Agroalimentaria se otorgó a Pastelerías Manuel Segura. Fundada en 1874, es una de las pastelerías más antiguas de España. A lo largo de su historia se ha sabido adaptar a los tiempos. La última inversión fue la construcción de un obrador artesano que está dotado de los últimos avances tecnológicos. Se trata de la inversión más importante de la empresa, superior al millón de euros y que supone una apuesta por el futuro de la empresa y de la Comarca de Daroca, con la creación y asentamiento de puestos de trabajo en esta comarca marcada por la despoblación.
El premio al Ganadero destacado ha sido para los hermanos Noguero Bernad. El reconocimiento se entregó a Ramón y Aurelio y a título póstumo a Pelayo, por su apuesta por la cría de la raza churra tensina. Desde pequeños participaron en la cría y pastoreo de su rebaños de ovejas de raza churra tensina y gracias a ellos se ha conservado, ya que hubo un momento en que solamente ellos tenían animales puros de esta raza. Gracias a un programa de selección y mejora en la que colaboró la DGA y UAGA, se logró conservar esta característica raza propia del Pirineo. Su trabajo se ha desarrollado desde los 2.500 metros de las praderas que circundan el Refugio de Góriz, debajo de la cadena de Monte Perdido, en verano, hasta los 300 metros de los secanos de Torrecilla de Valmadrid en Zaragoza. Su labor ha recibido reconocimientos como el «Cayado de Honor», una placa de la «Fundación Quebrantahuesos» y un premio del Ayuntamiento de Fanlo.
Tras la entrega de premios se celebró un cóctel al que asistieron los principales agentes del sector agroalimentario de Aragón.