IU solo tuvo el apoyo de CHA y la abstención de Asamblea para tratar de sacar las cuentas de más de 7 millones de euros
«Qué barbaridad». Esta fue la frase que puso el punto y aparte a la sesión plenaria de la tarde del miércoles en Andorra en la que se debatían los presupuestos. La frase, que no se escuchó desde las bancadas políticas, salió en un suspiro en forma de murmullo de boca de una de las cuatro personas que asistieron de público mientras abandonaba la sala municipal.
Los andorranos, que ya pasaron todo 2016 con las cuentas prorrogadas del año anterior, se enfrentan a una situación compleja al no haber salido adelante las de 2017. Izquierda Unida contó con el apoyo de CHA (1) y con la abstención de Asamblea Abierta (1). Tuvo los votos en contra del PSOE (3), PAR (2) y PP (2) y por eso el debate tendrá un punto y seguido con la convocatoria de un pleno extraordinario en el que el equipo de gobierno se someterá a una cuestión de confianza vinculada a los presupuestos. «No vamos a estar otro año con las cuentas prorrogadas», dijo la alcaldesa, Sofía Ciércoles. No ocultó su malestar tras todas las intervenciones y por eso anunció la determinación y también que se llevarán los mismos presupuestos que «ya se han negociado con los grupos».
El documento contempla 7,6 millones de ingresos y algo más de 7 de gastos. Una previsión de inversión de 951.000 euros y unos 600.000 de remanentes. Entre las inversiones está la calle Fuentecilla, mejoras en el agua y reformas en las pistas de tenis (100.000) además del centro de interpretación, entre otras. También se cuenta con la venta de las líneas de parquin de la plaza Crivillén por casi 600.000 euros. «Contemplábamos que esto podía pasar, sobre todo, por parte del PSOE que siempre tiene un «pero». Se convocará la moción de confianza porque Andorra no puede estar sin presupuestos, máxime cuando tenemos una economía saneada que nos permite ejecutar una parte del remanente y de la inversión», dijo la portavoz, Peña Martínez (IU), que lamentó los dos meses de paralización que ya de entrada supone la situación.
Una vez se convoque el pleno, el equipo de gobierno y por ende, los presupuestos, se someterán a la cuestión de confianza. «Saldrá que IU continúe o no o que sea otra persona la que se aúpe a la alcaldía si se acuerda entre el resto y tiene los apoyos necesarios pero el pueblo no se puede quedar parado», reiteró Martínez. Efectivamente, si no se supera la cuestión, habrá un mes para que el resto de grupos planteen una moción de censura. Si no se consigue, los presupuestos quedarían aprobados automáticamente. «Entiendo que no haya convencido al resto pero la situación es compleja porque hay delegaciones sin dotación», dijo Marco Negredo, el concejal de CHA que dio su apoyo ya que se tuvieron en consideración casi todas las propuestas. «El año pasado no hubo presupuestos y costó mucho avanzar», recordó.
Los socialistas también reconocieron el diálogo, y que se admitieron gran cantidad de las enmiendas que presentaron, aunque no las más importantes. «No íbamos a impedir la aprobación por responsabilidad política, pero no a cualquier precio», dijo Antonio Donoso. No se admitió la propuesta de un plan de empleo por valor de 250.000 euros que proponían los socialistas y tampoco, como explicó tras la sesión, un cambio en el asesoramiento de la polémica del agua. Pedían que, en lugar del abogado del Ayuntamiento, fueran los de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS) los que se hiciesen cargo. El PSOE también pedía un calendario con las necesidades en infraestructuras.
El empleo, el foco de críticas
El empleo fue el punto más atacado. Desde Asamblea Abierta se recordó que Andorra había bajado ya de los 7.900 habitantes. «Por no hablar de que se han cargado el Somudan, la herramienta para trabajar con los empresarios. No ha sido la Virgen María la que se lo ha cargado, sino la mala gestión», dijo Damián Martínez. Pese a sus críticas, se abstuvo por una cuestión precisamente de confianza. «A ver si a lo largo del año cumplen los compromisos», dijo. «Hemos tenido muchas reuniones con la alcaldesa y ha sido muy intransigente en muchas cosas y al final ha acabado como ha acabado», añadió respecto a la moción.
Más tajante se mostró el concejal del PAR, Juan Ciércoles, que no entendió que se plantee nuevo pleno con el mismo documento. «Para muestra un botón. Otra cosa es que negocie y se modifiquen pero si va con lo mismo, yo me evitaría el pleno y la moción; dimitiría y dejaría paso a otro», valoró. También aludió al empleo con continuas referencias a la disolución del Somudan. «Me gustaría saber cómo piensa hacer todo lo que plantea si no hay gente», preguntó. «Son cuentas continuistas y no realistas», añadió y recriminó la «falta de información» cuando él y Martínez acuden a la Mesa por el futuro de la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos. El voto en contra del PP también se argumentó con una falta de información. Que los capítulos I y II (personal y funcionamiento municipal) se lleve el 82% es «desmesurado» y, afirmaron que «no se trata de recortar, se trata de hacer un uso eficiente de los recursos», defendió Silvia Quílez, que después del pleno afirmó que «nosotros «peros» al presupuesto en sí no le ponemos aunque cambiaríamos cosas».
Desde el equipo de gobierno aclararon que los 25.000 euros que se recogen en materia de empleo son «solo el inicio» ya que ahí se incluirá lo que corresponda del extinto Somudan. «Seguirá habiendo políticas de empleo y tendremos el monto del Somudan pero no podemos contemplar un dinero que aún no tenemos», dijo Peña Martínez, que tachó de «demagogia» el uso de esa argumentación para tumbar las cuentas.