Familiares, amigos y andorranos a título particular el ayuntamiento para dar ánimo a los empleados
Los diez trabajadores pertenecientes a subcontratas de Endesa que se encerraron el viernes en el ayuntamiento de Andorra no están solos. Ahora encaran la recta final de su acción reivindicativa, que terminará el domingo las 17.00 tras 48 horas en el interior del consistorio. Las puertas están abiertas para todo aquel que desee dar ánimos a los empleados y durante el sábado la casa de la villa fue un hervidero de familiares, hijos, amigos, compañeros y andorranos a título particular que no quisieron perder la ocasión de contagiar su fuerza a los encerrados. «Tenemos muchísimas visitas y todos muestran solidaridad con nosotros. Nos han tratado genial, nos han agasajado con demasiada comida y hay mucha gente; ¡ahora mismo ni siquiera hay sitios libres dentro de la sala!», explicó ayer a media tarde José Antonio Crespo, uno de los diez participantes en la protesta.
Los empleados matan el tiempo jugando a las cartas y están aprovechando el encierro para debatir sobre la situación que viven. Charlan sobre una posible solución y acerca de sus expectativas de futuro, muy negras con la previsión del cierre de la térmica en junio de 2020. Según explicaron, han decidido que seguirán llevando a cabo actos reivindicativos pero pararán una o dos semanas tras el encierro. Aprovecharán este tiempo para reunirse con agentes estratégicos a la espera de la visita a Andorra del Justicia de Aragón, Ángel Dolado, fijada para el próximo lunes 18.
Esperan más apoyos a la salida
La energía de los seres queridos está ayudando a los diez trabajadores a llevar mejor sus dos días de encierro. Todos se mostraron muy emocionados por el apoyo recibido antes de entrar, pero confían en que haya todavía más personas animándoles el domingo por la tarde a la salida. «El viernes era día laboral y había comercios abiertos. Espero que mañana al ser domingo venga más gente; no queremos que se apague este apoyo», destacó José Antonio Crespo.