Los trabajadores de la Térmica guardaron ayer 5 minutos de silencio en memoria de Luis Polo
La cuenca minera turolense vivió ayer el día de Santa Bárbara más negro que se recuerda. La muerte del andorrano Luis Polo Polo (55 años) el viernes tras sufrir un accidente laboral en la Central Térmica de Andorra marcó las celebraciones de la patrona de los mineros. Aunque los grupos no dejaron de echar humo ni un segundo, a las doce de la mañana todos los trabajadores de las instalaciones -a excepción de los puestos que tienen que estar controlados continuamente-, se concentraron en la puerta principal de las oficinas centrales para guardar cinco minutos de silencio. Fue un acto íntimo en el que no se permitió el acceso a los medios de comunicación ni a personal ajeno a las instalaciones.
Tras el silencio, tomó la palabra el director de centrales térmicas de carbón de Endesa, José Ribelles. Recordó a Polo y trasladó las condolencias a su esposa e hijas. «Tendría que ser un día de celebración pero estamos abatidos, apesadumbrados… No nos lo terminamos de creer», dijo después el presidente del comité de Empresa, Hilario Mombiela, visiblemente afectado. Aseguró que la pérdida de su compañero les ha dejado «rematados y desesperados». Recordó que las causas del accidente que acabó con la vida de Polo sigue en fase de investigación y que han llegado a la Térmica, además de la Policía Judicial e Inspección de Trabajo, técnicos y especialistas desde Madrid e Italia para participar en el proceso. «Aunque es muy difícil que se aclare lo que ocurrió de verdad porque no hay testigos», lamentó.
Actos por Santa Bárbara
Tiene 96 años y ayer fue homenajeado por ser el minero más mayor de la comarca Andorra-Sierra de Arcos. El hijarano Manuel Pastor Turón fue el protagonista de la jornada que cada año celebra la asociación cultural Pozo de San Juan de Andorra para conmemorar el día de la patrona de los mineros, Santa Bárbara. «Estoy muy alegre y emocionado por representar a todos los mineros de la zona», dijo.
Con una gran sonrisa y una memoria envidiable, Manuel Pastor recordó sus inicios en los talleres generales de la Calvo Sotelo (ahora Endesa) cuando tenía 29 años. «Mi queridísima esposa vino de Híjar llorando porque dejaba Híjar y, cuando volvimos tras la jubilación, después de 32 años, nos marchamos de Andorra llorando también, porque dejaba Andorra». Hizo memoria para citar a algunos de los compañeros de trabajo que acabaron convirtiéndose en sus «amigos de verdad», esos que le llamaban Manolico o el «Cariño», por el mote que tenía su familia. «El Cachorro, Guillén, Eliseo… Pero casi todos se han muerto», reflexionó.
Las vivencias con ellos así como la historia del bonito apodo de su familia, entre otras anécdotas, las recogió en un libro que publicó con 92 años. Porque una de sus gran aficiones era escribir, y lo sigue haciendo cuando puede. «Es lo que más me ha gustado siempre. Recoger pequeñas historias y vivencias que yo no quería publicar pero al final lo hicieron», reconoció. Ahora, su libro ha llegado hasta Cartagena, donde reside uno de sus cinco hijos.
Arropado por parte de su familia, Manuel recibió una réplica de un castillete minero. «Con las veces que he bajado dentro, ahora te tengo en mis manos para verte todos los días», señaló emocionado mirando el detalle que le entregó la asociación.
Tras el pequeño homenaje que se desarrolló en el exterior del parque MWinas, los danzantes de Santa Bárbara bailaron al son de los dulzaineros de la Martingala.
Después, el minero y los representantes de la asociación depositaron un ramo de flores en la bocamina donde se encuentra la imagen de Santa Bárbara. Además, se entregaron los premios de dibujo infantil sobre minería que tuvo lugar el fin de semana. La jornada concluyó con un picoteo en las instalaciones del parque donde se ubica un simulador de la sala de control de la Central Térmica de Andorra que han restaurado recientemente los voluntarios de la asociación.
«Este año es una celebración muy triste por el fallecimiento del compañero Luis Polo», señaló Bartolo Aglio, vicepresidente del Pozo de San Juan, antes de guardar el minuto de silencio que precedió los actos. Además, lamentó que este año no han recibido ayuda de Endesa para sufragar alguno de los actos de la jornada. «Lo hemos hecho todo con ayuda de la Comarca», incidió.
La mañana comenzó tenprano, a las diez, con el reparto de pastas con café en la peña Esfardacho-Zaragaa por parte de la Cofradía de Santa Bárbara. Después hubo misa, con la participación del Grupo de Jota del Hogar de Personas Mayores y procesión. El fin de semana ya hubo una chocolatada para todos los niños.
Santa Bárbara en el territorio
Andorra no fue la única localidad de la cuenca minera turolense que celebró Santa Bárbara. En Ariño, donde el recuerdo de Polo también estuvo presente, se celebró una misa y ofrenda de flores en honor a la santa y, después, hubo degustación de productos aragoneses. La tarde continuó con el tradicional concurso de guiñote y el reparto de chocolate con raspao para todas las socias en el local de las Amas de Casa. El miércoles se celebará Santa Bárbara en la residencia de ancianos «la Solana».