Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón (APN) han intervenido y paralizado la extracción ilegal de ejemplares de Sabina rastrera (Juniperus Sabina) y Pino silvestre (Pinus Sylvestris) en amplias zonas de las comarcas de Gúdar-Javalambre y Maestrazgo, tras un operativo de vigilancia de varios meses, tras detectar extracciones ilegales en zonas en las que sí que existen «aprovechamientos regulados» de estas especies, pero siempre bajo supervisión de los APN. En este caso, una «gran cantidad» de ejemplares fueron expoliados, tanto de montes de utilidad pública, propiedad de los Ayuntamientos, como de terrenos privados, donde sus dueños llegaron a «percibir» las extracciones ilegales e interpusieron varias quejas. «En los últimos años las extracciones ilegales se habían incrementado en esta zona y se veían más», destacaron fuentes del operativo.
Como resultado de esta actuación, fruto de un operativo conjunto de vigilancia, los responsables de la actividad fueron denunciados, por una infracción contra la Lay de Montes en cuanto a la modificación de la cubierta vegetal sin autorización, a la que se le pueden añadir otras acepciones, «atendiendo a la legislación vigente» y dependiendo de la instrucción del caso. Fue el pasado mes de diciembre, cuando los efectivos sorprendieron a varias personas en un furgón de gran tamaño con numerosos ejemplares recién extraídos sin ningún tipo de autorización administrativa. Además, se localizó en otro monte próximo, un gran acopio de ejemplares de Sabina rastrera, así como la herramienta utilizada para su extracción, preparado para cargar a la llegada del vehículo. Asimismo, en las inmediaciones se observaron plantas sin terminar de arrancar que fueron desechadas, impidiendo su supervivencia. Los ejemplares incautados fueron trasladados al Vivero Forestal que el Gobierno de Aragón posee en la localidad de Santa Eulalia, para intentar su recuperación.
Las personas denunciadas actuaban en montes de mayor altitud de las comarcas afectadas correspondientes a los términos municipales de Fortanete, Valdelinares o Mosqueruela. Extraían sobre todo Sabina rastrera, una especie que en zonas altas del Maestrazgo y Gúdar-Javalambre, a menudo tienen mucha antigüedad, algunos ejemplares pueden llegar a tener incluso 100 años, y los cuales posteriormente se utilizaban como bonsáis «con un valor de mercado importante», detallaron fuentes del operativo. En el caso de los pinos, «se extraían árboles de pequeño tamaño, en zonas pobres con ejemplares más viejos», para su plantación en jardines.
La zona afectada está incluida en la Red Natura 2000, así como declarada Hábitat de Interés Comunitario por la UE, debido a la singularidad del hábitat y su alto valor ecológico. Algunos municipios de la zona tienen autorizado el aprovechamiento de plantas ornamentales, «en número muy limitado», y siempre bajo la supervisión de los Agentes de Protección de la Naturaleza, quienes precintan cada ejemplar individualmente para su certificación. «Se puede hacer aprovechamiento de ellas con la regulación determinada, bajo unos condicionados estrictos», enfatizaron los APNs.
Precintado «obligatorio»
Este tipo de plantas, que son extraídas del monte con cepellón y, trasplantadas en macetas apropiadas, son vendidas como bonsáis a centros de jardinería, viveros especializados, o a aficionados, que en muchas ocasiones desconocen su procedencia ilegal. Por este motivo, los Agentes de Protección de la Naturaleza recuerdan que toda planta adquirida en un vivero debe poseer su pasaporte fitosanitario y documentos que certifiquen su procedencia. «En Aragón todas las plantas que se extraen por vía regular llevan un precintado, con un número y una procedencia registrada y fecha de extracción. Recomendamos que cuando la gente compre un bonsái en algún vivero siempre se comprueben esos datos. Si no tienen un precinto de origen, posiblemente cabe pensar que hayan sido extraídas ilegalmente «, enfatizaron los especialistas.
La extracción ilegal supone, por tanto, un daño económico importante para las localidades afectadas. De hecho la venta de este tipo de ejemplares de plantas ornamentales puede ser muy variable, explican los expertos, con un precio que puede superar los 1.500-2.000 euros por ejemplar. «En muchos casos se trata de monte de utilidad pública, cuya extracción regulada puede ser una fuente de ingresos para los municipios pequeños de estas zona», destacaron.