El Parque Cultural del Río Martín y el Ayuntamiento de Ariño, a través de una ayuda de 9.000 € de la Dirección General de Patrimonio Cultural, dentro del Plan del Parque para 2021 aprobado por su patronato, ha recuperado el Arco románico de la primitiva Ermita del Pilar.
Se trata del único arco románico existente en el Parque Cultural del Río Martín y datado en el siglo XII.
Para Joaquín Noé, presidente del Patronato del Parque Cultural y alcalde de Ariño, la intervención era urgente y necesaria, los bloques de arenisca estaban muy afectados por diferentes patologías y los efectos erosivos, y urgía una consolidación integral, puesto que es el único arco románico que se conserva en todo el Parque Cultural.
La portada consolidada es en arco de medio punto, creado a partir de grandes dovelas, arranca de impostas molduradas. Este arco es rematado (extradós) con un guardapolvo moldurado decorado en talla de puntas de diamante. Noé ha destacado la importante labor que se realiza desde la Dirección General de Patrimonio Cultural a través del Parque Cultural del Río Martín y los ayuntamientos que están involucrados, que ha permitido recuperar el rico patrimonio cultural y ofertarlo como un recurso endógeno más y poder luchar por nuestro desarrollo.
La recuperación del Arco del Pilar es una actuación más de la labor por frenar su deterioro y propiciar su conservación. Los escasos restos que se conservan de esta primitiva ermita del Pilar, explicó José Royo
director del Parque Cultural del Río Martín, se reducen a parte de la fachada lateral que ubica el arco. Se localizan en el alto de una colina con dos cumbres con buena visión, donde se acondicionó en los años 80 un parque-mirador sobre los valles de los ríos Escuriza y Martín. «Esta ermita, continuó Royo, como bien explicó el profesor Agustín Ubieto, surgiría al paso de peregrinos por la población, puesto que sitúa Ariño en el camino calatravo de Daroca a Calanda. Camino peregrino que lo puede constatar también el sepulcro de un peregrino, con la cruz calatrava labrada en un lateral, existente en la Iglesia parroquial de la localidad».
Las actuaciones de consolidación del arco han sido llevadas a cabo por la restauradora Miriam Tomás y han consistido en una limpieza superficial y de la colonización biológica, utilizando medios mecánicos y manual. También se ha eliminado la patina de enmugrecimiento y la costra negra que afectaba en varios puntos a la arcada. Se han sellado las descamaciones, fisuras y grietas existentes en los diferentes bloques de piedra arenisca con morteros de cal hidraúlica, y se han sellado las juntas eliminado previamente los diferentes morteros y yesos que las cubrían, así como eliminado de añadidos de cemento que en muchos casos cubrían parte de los bloques. Se han eliminado gotas y numerosos regueros de pintura que cubrían extensas zonas mediante la remoción manual con ayuda de disolventes.
Por otro lado se ha prolongado un alero, tanto en zona interior como exterior, sobre la portada para ofrecer una mayor protección ante la lluvia y otros agentes naturales, y se han realizado dos pequeños baquetones al borde del pavimento donde arrancan los arcos para evitar la inundación por aguas de escorrentía y que afecten de forma erosiva a los bloques de arenisca. Por último se ha pintado el muro existente de la antigua ermita, sellando grietas y eliminando humedades.