El dependiente sufrió daños al intentarse defender y ser intimidado con una navaja
Un establecimiento comercial de la capital bajoaragonesa ha sufrido un atraco a mano armada a plena luz del día. Ocurrió el pasado miércoles en una tienda de accesorios y reparación de teléfonos móviles situada a principios de la calle Caldereros de Alcañiz, junto a la plaza Mendizábal. Dos ladrones se llevaron 135 euros en efectivo después de intimidar con una navaja al dependiente, que sufrió daños en la cara. Un puñetazo de uno de los dos cacos le rompió las gafas y le dejó un ojo morado.
El caso está siendo investigado por la Guardia Civil de Alcañiz. Los dos ladrones, que iban a cara descubierta, son dos hombres de nacionalidad española de entre 40 y 45 años. Por el momento aún no se ha hecho ninguna detención y continúan las investigaciones.
Se llevaron 135 euros
Los hechos tuvieron lugar sobre las 9.45, cuando el dependiente y único empleado de la tienda de accesorios de móvil acudió como cada día a su puesto de trabajo. Cuando iba a abrir la tienda escuchó pasos detrás suyo pero no hizo caso al tratarse de una calle muy transitada a esas horas. Sin embargo, después de subir la verja y abrir con llave la puerta de entrada a la tienda recibió un empujón que le tiró hacia el interior. Detrás de él accedieron al establecimiento dos hombres. Sin tiempo a poder reaccionar, uno de los ladrones le colocó una navaja en la tripa para intimidarle mientras su compañero iba directo a la caja registradora, situada junto al mostrador de atención al público. Viendo la situación, el dependiente quiso defenderse y dio un manotazo al ladrón para quitarle la navaja. «Era de un tamaño normal, como la que puede llevar alguien en el llavero para pelar una fruta por ejemplo», comentaba. Para defenderse, el malhechor le pegó un puñetazo que le echó para una pared, le rompió las gafas y le causó un moratón.
Inmediatamente, el otro ladrón su puso nervioso y estuvo a punto de tirar al suelo la caja registradora, que estaba manipulando en ese momento. Cogió rápidamente 135 euros en billetes de 20 y 10 euros principalmente, obviando, por ejemplo, los de 5 euros. Incluso varios billetes se quedaron en el suelo. «Tenía práctica porque pese a estar la caja apagada enseguida supo encontrar una pestaña de la parte inferior para abrirla, eso no lo sabe todo el mundo», explica.
Según el dependiente, cuando dio el manotazo a uno de los ladrones se pusieron nerviosos y quisieron marchase rápidamente sin robar nada más. Tras coger el dinero salieron hacia la plaza, donde el dependiente les perdió la pista quedando magullado en el interior de su tienda.