La torre de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Azaila ya no supone ningún riesgo para viandantes y edificios colindantes ya que se ha eliminado toda amenaza de desprendimiento, básicamente tras haber estabilizado el nido de las cigüeñas.
El Ayuntamiento ha realizado una inversión de unos 20.000 euros para acometer diferentes actuaciones en una misma intervención. El nido, que en varias ocasiones ha causado desperfectos en tejados debido a su peso y volumen, ha sido aligerado de forma considerable. Para hacerlo posible hubo que aguardar a obtener los permisos una vez avanzado el verano y superada la época de cría. La torre además, luce de nuevo una veleta y campana nueva que suena a las horas en punto. «Se valoró refundir la antigua, que apenas se escuchaba porque estaba rajada», dijo el alcalde, Adolfo Tesán. Finalmente, se optó por comprar una nueva que se conectó a la red para su bandeo automático. Un sonido nuevo para muchos y recuperado para otros.
Los cambios también son visibles de noche ya que se ha cambiado toda la iluminación y se han colocado focos led, al igual que en el resto del pueblo y en la travesía de la N-232.
Campaña de donación
Hace casi una década se acometieron los primeros trabajos en la iglesia de Azaila. Entonces fueron promovidos por los vecinos que con sus donaciones consiguieron arreglar la sacristía, una habitación que presentaba un estado precario. También se sanearon los corrales aledaños y se repararon humedades. El Ayuntamiento realizó varias intervenciones como las reparaciones de las tomas de agua y se repuso la arcada de la entrada. El paso del tiempo estaba desgastando los materiales areniscos y los desprendimientos se iban sucediendo en el portal de acceso.