El Consistorio podrá destinar fondos propios para atajar el saneamiento completo de una de las vías más extensas
Disminución del número de habitantes no equivale a disminución del mantenimiento de un pueblo. Más bien al contrario. Aunque una localidad vea mermado el número de personal en su censo, los esfuerzos en garantizar los servicios siguen siendo los mismos que en los tiempos boyantes con las casas llenas de vecinos.
Todos los municipios del Bajo Martín han perdido habitantes y esta fuga se nota más si cabe en los más pequeños. Azaila es uno de ellos. Por él cruza la N-232 y es el primer pueblo de la provincia de Teruel -o el último si el conductor viaja a Zaragoza-.
La cercanía con la capital hace que en fin de semana es destino para muchos azailanos que residen allí, pues solo les separa una hora de viaje, pero es en verano cuando estos regresos se hacen más notables. «Aunque las casas no estén ocupadas la mayor parte del año, el agua pasa por las tuberías los 365 días y las tuberías se rompen igual», dijo el alcalde, Adolfo Tesán.
Solventar problemas con el alcantarillado e, incluso, adelantarse a los que puedan presentarse, es uno de los quebraderos de cabeza de los ediles. «Son redes de hace décadas que tienen tuberías de uralita que apenas resisten en cuanto hay una mínima fuga. Cuando eso pasa terminan por agrietarse del todo y la avería se extiende», explicó.
Estos arreglos dependen en la mayoría de los casos de las subvenciones públicas por lo que avanzan muy poco a poco. En los últimos años se ha ido actuando en varias en Azaila y también en la renovación de la calle Nueva, una de las arterias principales de la localidad ya que cruza buena parte del casco urbano. Si en otros pueblos, como puede ser Samper, el inconveniente añadido es que son calles estrechas y de mucha longitud, en el caso de Azaila se trata de vías muy anchas.
La calle Nueva es una de ellas y se realizó el saneamiento en la mitad con la ayuda del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) de hace tres años. Tras estos años, los próximos trabajos serán los definitivos y con ellos se dejará la vía acabada.
Se invertirán 40.000 euros que fueron concedidos a Azaila del Plan de Financiación de Inversiones Municipales Sostenibles (FIMS) de la DPT. Sin embargo, lo que parecía una nueva intervención a la espera de otras ayudas se va a convertir la última ya que el Consistorio aportará el resto del presupuesto necesario para poder reformar la calle al completo.
«De otra forma se alarga todo demasiado porque los ayuntamientos estos últimos años tampoco podíamos destinar remanentes. Desde que soy alcalde (2007), ir saneando todas las vías es una fijación para acabar con los reventones», añadió.
Jatiel, a la espera del depósito
Muy cerca de Azaila, el agua también es un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Jatiel. Es una de las localidades que aguarda desde hace años para cambiar el depósito. El actual se construyó hace años y se ha quedado obsoleto además de que presenta grietas.
El Ayuntamiento se acogió al Plan de Actuaciones Urgentes del Ciclo del Agua 2016 de la DPT pero no fue concedida. Se acerca el verano y el incremento del número de vecinos, y por eso, cada año se hace más necesario arreglarlo o contar con una nueva infraestructura.