Las paredes de Belmonte de San José sí que son de las que hablan. Lo hacen a través de paneles que van salpicando el casco urbano y que contienen fotografías, datos básicos de la imagen y del emplazamiento, así como un código QR al que acceder para ampliar la información. El camino conduce a Turismo de Belmonte (turismodebelmonte.es), a la pestaña Belmonte tras la cámara.
Esta es una de las últimas acciones que se están llevando a cabo en la localidad y en ella no se ha dejado nada al azar. Las fotografías no se han colocado en sus emplazamientos de manera casual, sino que todas tienen su sentido. Están puestas en el escenario donde se tomaron, por lo que la persona que las observa hoy en día puede sentirse integrado en el momento capturado porque ya está metida en la escena. En el caso de la iglesia se ha colocado el panel con fotografías de varias clases del colegio, porque era en esa misma puerta donde se retrataban. Además, no solo se ofrecen datos de la escena en sí, sino también de los edificios que aparecen como el templo en este caso, o el ayuntamiento y también viviendas como sucede con el panel dedicado a la procesión de la Virgen de la Cama. También se exhiben dos de las pocas fotografías que hay del paso de las tropas por el pueblo en la guerra y están colocadas en la fachada del que es el centro de interpretación recién creado.
Son un total de 38 paneles los que se han creado para la ocasión y todos están integrados en la arquitectura de la piedra tan característica de la localidad. «Hemos ido poniéndolos poco a poco y así la gente también se ha ido acostumbrando a ellos. Primero empezamos en edificios públicos y luego en las fachadas particulares. La gente ha visto que quedan muy integrados y hemos tenido la colaboración, que se agradece», dice el alcalde, Alberto Bayod. Algunos paneles nuevos conviven con otros mucho más pequeños y con datos básicos que se colocaron hace veinte años. «Los que tenían información vigente se han dejado y se complementan, y en otros casos hemos aprovechado la infraestructura de esos antiguos para poner los nuevos, así ha sido en el caso de los tres más grandes», añade.
La recopilación de imágenes estaba hecha y muchas están recogidas en una publicación pero no todas, porque «existen muchísimas». La mayoría además data de antes de la guerra, con imágenes de hace unos cien años.
Un pueblo con visitas en aumento
Se trata de un proyecto vivo que se va adaptando a las circunstancias de un pueblo que cada vez recibe más visitas. En el horizonte está seguir ampliando y añadir audioguías. «Nos encantaría que la gente del pueblo pusiera las voces, sería bonito», lanza Bayod.
Esta herramienta resultaría de mucha utilidad para aquellas personas que realicen visitas fuera del horario del punto de información, que abre cada fin de semana, o si no está disponible Bayod, que también ejerce de guía si el punto no está operativo. Respecto a la afluencia, destaca el «boom» que ha experimentado el pueblo especialmente este año. En apenas dos meses entre finales de julio y finales de septiembre, se documentaron cerca de 350 visitas, aunque las excursiones a Belmonte trascienden al verano. «Va viniendo gente desde hace años de manera desestacionalizada, desde hace un par de años vamos documentando las visitas y esto se ha notado mucho», concluye Bayod.
El pueblo se llama BELLMUNT.