Resulta difícil trasladar y resumir en palabras los sentimientos que este jueves se vivieron Andorra. Tras un extenso silencio previo y bajo un soleado cielo, el municipio perdía a las 11.30 en punto lo que hasta el momento actuaba como último gran símbolo de una era minero-eléctrica con más de cuatro décadas de historia. Una cuenta atrás de tan solo cinco segundos bastó para predecir el adiós a la chimenea de la Central Térmica, que cayó en un impactante derribo que parecía desarrollarse a cámara lenta. Todo ello bajo la mirada del medio centenar de periodistas y técnicos que fueron testigos del momento desde la explanada habilitada a tan solo 600 metros para los medios de comunicación. A ellos también se unían todos los vecinos que decidieron acercarse hasta los aledaños para no perder detalle de un día histórico para todo el territorio del Bajo Aragón Histórico.
El gran estruendo de la explosión con la que se iniciaba su caída ya hizo vibrar el suelo y el interior de los presentes. Las 25.000 toneladas de la chimenea fueron reducidas a meros escombros en tan solo 20 segundos. Primero cayó ligeramente hacia abajo y enseguida comenzó a desviarse hacia un lado, lentamente, tardando unos 10 segundos en romperse en diferentes facciones antes de llegar al suelo.
Mientras esto ocurría nadie parecía atreverse hablar y lo único que se podía oír eran pequeños gritos de asombro. «Madre mía», «ostia», «buf», o «qué barbaridad» fueron algunas de las frases más repetidas entre los susurros del velatorio. Aunque lo más impactante fue el estruendo final que se produjo una vez esta terminó de ser derribada, sonido que estuvo acompañado por una gran nube de polvo que acabó elevándose hasta el cielo generando un gran contraste entre el azul y el sol y el final simbólico de toda una era reducido a un simple polvo gris.
El mismo contraste del cielo quedó reflejado también en el suelo. Sobre él, los momentos previos a la caída de la estructura, el movimiento de personas, las conversaciones expectantes y las últimas oportunidades para fotografiar y grabar a la chimenea llenaban un ambiente que desapareció cuando esta logró alcanzar el suelo. Nadie se movió ni vocalizó apenas palabra. En cambio el turno fue para un silencio abrumador que se alargó durante varios minutos y que, aunque imposible, sí parecía tener algo que decir.
Un proceso de derribo complicado
Para la realización de esta demolición ha sido necesario trabajar durante semanas para diseñar un exhaustivo procedimiento, tal y como se realizó hace ya nueve meses con la voladura de sus tres torres de refrigeración. En el caso de la voladura de la chimenea el proceso ha sido aún más complejo, ya que ha estado soportado por un proyecto específico en el que se ha analizado estructuralmente la afección de los trabajos preparatorios, así como la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas. «Desde el punto de vista técnico, este procedimiento también es un hito. Lo más importante era evitar afecciones al terreno y por ello colocamos merlones de tierra con ferreal (restos de acero) obtenida de la machacadura de las tres torres y así amortiguar su caída», explicaba Luigi Erbi, site managent de Endesa encargado de realizar la cuenta regresiva antes del derribo y cara conocida tras actuar de igual modo en mayo de 2022 con las tres torres.
En total se emplearon 170 detonadores no eléctricos, 108 conectadores de superficie, 8 detonadores no electrónicos y 265 Kg de explosivos, que habían sido colocados en la estructura mediante taladros distribuidos para dirigir la caída en la dirección planificada, que fue de lado, hacia Andorra.
La demolición se realizó mediante el empleo de pequeñas cargas confinadas de explosivo en barrenos de pequeña longitud con el objeto de conseguir una cuña desestabilizadora. «Este empleo de explosivos se trata del procedimiento más seguro para demoler estructuras esbeltas y especiales, siempre que el entorno lo permite. También se ha realizado así para dirigir la caída lejos de las estructuras que todavía quedan en la Central y que todavía tenemos que derribar», añade Erbi.
Para facilitar todo este proceso, las semanas previas los trabajadores que actualmente se encargan de los trabajos de desmantelamiento-que ya se sitúan al 65% de su ejecución– ya realizaron trabajos de corte con diamante en la base de la chimenea.
Además, para minimizar la afección del polvo derivado de la explosión también se instalaron en la dirección de caída 4 piscinas de 220 metros cúbicos de capacidad que contenían agua de lluvia y procedente de los propios procesos de la central.
El procedimiento se llevó a cabo bajo un perímetro de seguridad que guardaba 600 metros de distancia entre el área a la que únicamente podía acceder el personal autorizado y la explanada que se habilitó para medios de comunicación. Bomberos de la Diputación de Teruel también colaboraron en el despliegue de este operativo. Hasta el lugar se desplazó una dotación del Parque de Alcañiz y del Parque de Montalbán formada por cuatro bomberos, un oficial, un subjefe de intervención y un jefe de intervención, con una autobomba pesada y un vehículo de mando. No hubo ningún tipo de accidente y todo surgió tal y como estaba previsto.
La voladura produjo alrededor de 25.000 toneladas de residuos (básicamente hormigón), que ahora serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos serán valorizados en obra al ser usados como material de relleno por su carácter inerte. En cuanto al residuo del hierro que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.
¿Caerá la de Puentes de García Rodríguez? Se admiten apuestas. Yo apuesto a que no, o a que tardarán unos cuantos años. Me da la sensación que, para salirse con la suya, a Endesa no le será suficiente allí con comprar a cuatro gatos.
Veremos si la organización y la casta de los movimientos ciudadanos, sindicales y políticos son allí como aquí. Veremos si allí siguen o no a los flautistas de Hamelín. Pero yo apostaría a que nos vamos a dar cuenta, aunque tarde, de que éramos de tercera división y con directivos y entrenadores de cuarta.
Y el amianto que lleva ésa chimenea que, no contamina todo el suelo de la zona será canceroso como la radioactividad en la nuclear
…y así nos ha ido.
La Chimenea o Chaminera, no podía estar de pie, pues contenía residuos nocivos.
Una vez tirada y enterrados sus residuos, ya son aptos, y así estarán lavándose con el agua de lluvia por los siglos de los siglos. AMEN
Nos han quitado la referencia a los pueblos de la contornada, antes veías la chimenea y decías, a la izquierda Andorra.
Ahora diremos allí a la izquierda de aquel montículo, estaba la chimenea.
Que no pase nada con sus residuos enterrados, si no luego las lamentaciones.
hay vida más allá de la térmica y de Andorra pues si señores hay vida
Gracias Psoe por eliminar la contaminante central térmica de Andorra.