El calandino Carlos Sauras dejó la presidencia de Cáritas Aragón-La Rioja el pasado mes tras una década al frente de la entidad. Hacemos balance de estos años, en los que se ha pasado de la anterior crisis económica a la del covid-19. Según Sauras, esto tendrá graves consecuencias debido a su doble vertiente económica y sanitaria.
¿Qué balance hace de esta década al frente de Cáritas en Aragón y Rioja?
Sin duda lo más sorprendente ha sido vivir dos crisis tan próximas en el tiempo. En el 2008 fue cuando surgió la hecatombe de la crisis financiera, que se arrastró durante varios años y que fue muy dura: empezó a crecer el paro, a haber problemas financieros de las administraciones públicas y su servicio a la gente más necesitada… Esa crisis para Cáritas se prolongó durante varios años, pero en 2019 la verdad es que la sociedad respiraba de otra manera, aunque quedaban todavía muchas heridas abiertas. Pero de repente llegó esta otra crisis. La primera produjo muchas situaciones de gente que cayó en desigualdad social, en circunstancias que no habían vivido, gente que conoció la pobreza y la exclusión… Y ahora estamos todavía en el comienzo de las consecuencias de esta crisis. Esperemos que la solución sanitaria llegue y que también la sociedad pueda luchar para recuperar unas condiciones dignas de trabajo.
¿Qué está implicando esta situación para las personas más necesitadas?
El parón del trabajo es un palo, sobre todo para la gente que vive en la exclusión. Para ellos complica mucho su día a día y el seguir hacia delante. Hay mucha gente, como inmigrantes -aunque quizá en Aragón no tanto- para la que es imprescindible trabajar y se han saltado muchas veces cuarentenas porque les resulta muy complicado el vivir tranquilamente sin empleo. Es una situación en la que se mezcla lo sanitario y lo económico porque el horizonte no está para nada despejado.
En estos últimos meses, ¿qué tipo de ayuda se ha prestado?
Como ocurrió en la anterior crisis lo primero que se nota es una intensificación de las ayudas económicas que se solicitan. Eso se complicaba en ese caso con la dificultad de atender a las personas, porque en la mayoría de los casos ha sido una atención telefónica o virtual. No obstante, siempre se ha mantenido una ayuda presencial para quien no tenía otra posibilidad. A través de estas dos vías han subido mucho las ayudas, probablemente más de un 60% respecto a las de otros años. Cáritas de Zaragoza, la más numerosa de Aragón, había gastado hace ya más de un mes la misma cantidad en ayudas económicas que durante todo el 2019. Y hay que tener en cuenta que ahora vienen unos meses intensos…
¿Cuáles serán los retos de futuro?
El principal objetivo ahora es responder ante esta crisis. También es verdad que en 2008 se vio, y esperemos que ahora también sea así, una gran generosidad a la hora de ayudar a Cáritas para que Cáritas pueda ayudar. Es posible que surja lo mismo pero es necesario dar un toque de atención a la sociedad para que responda con generosidad. No olvidemos también que las familias han sido un paraguas tremendo para las necesidades de las personas, pero las economías familiares también se agotan. ¿Qué exige todo eso? Pues unas políticas sociales que sean eficaces para que las administraciones públicas acudan en ayuda de los ciudadanos que lo pasan peor, y lógicamente también una economía que haga posible la creación de empleo, porque es verdaderamente las solución para una gran parte de las personas.
¿Con qué se queda?
He sido voluntario muchos años y lo sigo siendo. Mi principal conclusión es compartida por muchos compañeros: más hemos recibido nosotros de lo que hemos dado. Sí, hemos tenido preocupaciones y estrés, pero en definitiva una persona más se enriquece conforme más da. Y esto es muy importante y hay que tenerlo en cuenta. A todos nos cuesta un poco, quizá por ese cierto egoísmo innato que tenemos, pero es bueno plantearnos qué podemos hacer. Y qué podemos hacer en concreto. Hay que empezar por un círculo próximo de amigos, familia o conocidos a los que apoyar, y no me refiero solo económicamente, sino también a través de la cercanía, y siempre tratando de hacer más humana la vida de muchas personas que realmente lo pasan mal.