Las Jornadas de Cultura Íbera que tuvieron lugar el pasado fin de semana en el poblado de El Cabo de Andorra se han podido desarrollar con éxito a pesar de las precipitaciones puntuales. El poblado ha recibido un total de 93 visitantes a lo largo de las jornadas. De ellos, 40 lo hicieron en la visita nocturna del sábado, alcanzando el aforo máximo permitido. Las visitas de la tarde contaron con una menor afluencia debido a la lluvia.
Durante estas jornadas ha sido posible volver al siglo V a.c., pasear por las calles del enclave, compartir oficios, ritos o ver el atardecer desde el poblado íbero. Las Jornadas de Cultura Íbera son organizadas cada año por la Concejalía de Educación, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Andorra, Cultura Andorra y la asociación Sedetanos del Cabo. El año pasado no pudieron realizarse a causa de la pandemia, por lo que los voluntarios que componen el grupo de los Sedetanos se han mostrado muy agradecidos por poder mostrar de nuevo su representación.
Las actividades se iniciaban el sábado a las 10.00 de la mañana con la apertura del poblado. Se pudo disfrutar de la demostración de distintos oficios íberos, entre ellos, la labor del herrero, el uso del horno de cocción de piezas cerámicas, el empleo del telar, el trabajo de la madera e incluso las consultas al sabio del pueblo. Todo ello siguiendo un recorrido teatralizado en el que uno de los vecinos, Culcas, hacía de guía mientras mostraba su rutina acompañado de su sirviente. Tras esto se procedió a mostrar un rito funerario: los íberos portaban al fallecido y lo guiaban hasta la pila funeraria al son de un tambor, acompañados de la sacerdotisa. Después de la quema de la pila, que no fue prendida realmente, tuvo lugar un duelo entre guerreros y un baile a cargo de los aldeanos al ritmo de las dulzainas.
Visitas nocturnas
La visita guiada nocturna, que se realizaba a las 21.30, ha sido la más exitosa, debido en parte al atractivo de la iluminación del poblado, ambientado con antorchas y luces tenues. Estas visitas fueron ligeramente distintas, pues, aparte de las muestras de los oficios que se realizaban de día a cargo de los Sedetanos, se organizaron bailes amenizados por la música en los que se invitaba participar a los visitantes.
El domingo por la mañana, el parque arqueológico se abría de nuevo al público y se podía visitar hasta las 14.00. Los actos programados para el sábado por la mañana, se repetían el domingo para dar oportunidad a más visitantes a disfrutar de este enclave histórico.
Apostar por estas iniciativas y por esta recreación daria más turismo que el actual museo minero, mas ayudas destinadas a este proyecto no al aminas que no va ni dios!!!