Se buscan nuevas oportunidades para el Casino de Albalate, un espacio recreativo que años atrás llegó a ser uno de los activos principales de la localidad. Del edificio y su gestión pasará a encargarse el Ayuntamiento, tras el acuerdo alcanzado con la Asociación Casino Recreativo, entidad que hasta ahora gestionaba el espacio.
Y es que esta asociación sin ánimo de lucro experimentó un considerable descenso de la actividad y del número de socios en el último tiempo, llegando a acumular deudas al no poder cubrir los gastos de funcionamiento. «El Casino cada vez ha ido a menos, en la junta general se decidió cerrar la sociedad», explicó Agustin Escartín, el hasta ahora presidente de la asociación.
Los gastos que tenía que soportar la entidad eran mucho mayores que lo que se obtenía de las cuotas de los socios. El servicio de bar que gestionaban tampoco era rentable para seguir manteniendo la actividad, ni siquiera para cubrir el sueldo de la trabajadora contratada. Precisamente uno de los principales compromisos era poder pagar el finiquito de esta trabajadora, además de saldar los gastos de gestoría y asesoría.
La solución pasa por que el Ayuntamiento asuma las deudas de la asociación a cambio de cederle las instalaciones, para las cuales buscará alternativas de futuro. «La cantidad es mucho menor que el valor que pueda tener el edificio. Serían entre los 12.000 y los 16.000 euros, pero tenemos que afinar la cantidad en cuanto tengamos toda la documentación de la gestoría que está tramitando la disolución», explicó Isabel Arnas, alcaldesa de Albalate.
Época dorada
Tras más de 50 años de actividad el presente del Casino es muy distinto de lo que antaño fue. Llegó a contar con 800 socios y a ser uno de los centros de mayor actividad social de la localidad.
La asociación contaba con un edificio completo de cuatro plantas para llevar a cabo sus actos. En la planta baja se situaba el local social con la zona de bar y otra zona de fumadores. En las épocas más especiales del año se realizaban diversos eventos culturales, espectáculos musicales y fiestas entre los socios.
En las salas de la parte superior se desarrollaban diferentes juegos de mesa, una actividad que «se ha ido perdiendo poco a poco», y cuya desaparición se ha visto precipitada por el coronavirus. «Antes el casino se llenaba. Los tiempos han cambiado y también las costumbres. Los jóvenes se han dejado de apuntar y la falta de socios ha hecho imposible mantener la actividad», relató el antiguo presidente. La crisis sanitaria propició la disolución de la entidad y el cierre del edificio. «Un porcentaje de este colectivo lo constituía personas de riesgo. Aunque hubiéramos continuado la gente mayor tampoco habría acudido por la situación del coronovirus», matizó Escartín.
Futuros planteamientos
El Ayuntamiento tiene planteadas varias opciones en cuanto al futuro de este edificio. En principio el servicio de bar en la parte de abajo del complejo se mantendría. «Veremos si se puede seguir explotando como bar y sacarlo a concurso», explicó la alcaldesa.
En cuanto a las estancias de las plantas superiores el Ayuntamiento tiene pensado ir rehabilitándolos poco a poco y destinarlos como espacios para diferentes asociaciones de la localidad. «Una vez que pase a ser propiedad municipal tenemos que ver en las distintas comisiones el uso que podemos otorgarle», concluyó Arnas.