Los institutos hacen frente a los problemas de convivencia con programas de concienciación. En el IES de Caspe cuentan con «compañeros ayudantes» y «hermanos mayores»; y en el de Híjar rodaron un corto
La sociedad está cada vez más concienciada de la problemática del acoso escolar y sus consecuencias, que en los casos más extremos han llegado al suicidio. Según los expertos, el mal uso del móvil y de las redes sociales ha provocado una mayor «virulencia» porque el bullying ha pasado de producirse solo durante el periodo escolar a estar presente «a todas horas».
Aragón cuenta con su propio Plan Integral contra el Acoso Escolar, que incluye un teléfono (900 100 456) que recibió entre mayo del año pasado y finales de enero un total de 335 llamadas. De ellas, en 56 casos se activó el protocolo al detectar un posible bullying. Una de las medidas impulsadas es la formación del profesorado y el alumnado para la prevención de conflictos, un programa que ya se ha implantado con éxito en los institutos de Caspe, Alcorisa y Utrillas, entre otros.
Dos proyectos en Caspe
En el caso del instituto de la Ciudad del Compromiso, el IES Mar de Aragón, han puesto en marcha este curso dos programas que surgieron el año pasado a partir de un análisis de necesidades en el que se detectaron un elevado número de amonestaciones. «Vimos que en otros centros el resultado es bueno. Por el momento estamos muy contentos porque los alumnos tienen mucho interés», explica Piluca Usón, orientadora del centro.
Uno de los dos proyectos es el de «compañeros ayudantes», que se ha iniciado en 1º y 2º de ESO y 1º de FP básica con 27 participantes. En cada clase existen de dos a cuatro colaboradores que se reúnen cada 15 días con la orientadora para realizar un «observatorio de la convivencia» en el que trasladan los problemas que surgen en clase. «Las tareas principales son la resolución de conflictos, acompañamiento de los alumnos nuevos, estar pendientes de que ningún compañero esté aislado», comenta Usón.
De forma paralela trabajan con el programa Pigmalión en los cursos superiores (4º de ESO, 1º Bachillerato, 1º grado medio y 1º superior). A una veintena de «hermanos mayores» se les asigna un estudiante de 1º de ESO que consideran que necesita seguimiento de su integración. «Los dos jóvenes realizan reuniones semanales en las que se cuentan su adaptación, como van en los estudios…».
Trabajan la convivencia en clase
Otro ejemplo es el IES Pedro Laín Entralgo, que trabaja en la prevención del bullying y el acoso escolar, y la formación de alumnos colaboradores y ayudantes. Además, cuenta con un plan de acción tutorial muy potente. En su caso, explican que al tratarse de un centro pequeño, los programas «institucionalizados» no les «encajan». «Aquí surge de los propios alumnos de forma natural. Muchas veces acuden al profesorado para trasladarnos situaciones que no veían bien», afirma el Jefe de Estudios, Jesús Zapatero, quien explica que, por ejemplo, el hecho que acudan alumnos de distintos pueblos provoca que los grupos estén muy cerrados y sea más difícil integrarse.
En su caso, trabajan la convivencia y la educación desde muchos ámbitos a través de un plan de actividades complementarias muy fuerte que aboga por la participación y por hacer sentir protagonistas a los alumnos. Un ejemplo es el corto «Contigo, si puedo», que rodaron el curso pasado para denunciar el acoso escolar y que ganó un premio en el ciclo «Cine y Salud». El audiovisual es solo la punta de lanza de todo el trabajo en las aulas del departamento de Orientación. En la web del instituto se pueden descargar fichas creadas en clase para abordar el tema con un juego. Además, continúan trabajando en tutorías y en charlas.