Desde el pasado día 2 de julio, el Fray del Monasterio del Olivar, Fernando Ruiz, se levanta a las cinco de la madrugada para observar el cometa Neowise. «Es un cometa de un periodo larguísimo. No esperamos que vuelva y si lo hace será dentro de miles de años», explica Ruiz. Este monasterio situado en Estercuel es un enclave perfecto para distinguir a simple vista este cometa que es «muy muy brillante y con una cola inmensa». Puede observarse al noreste, a la izquierda de venus y debajo de la estrella Casiopea.
El Neowise podrá seguir viéndose de madrugada hasta aproximadamente el día 18 de julio, cuando se avistará al anochecer. Eso sí, «ahora ya empezarán a necesitarse prismáticos», advierte el Fray.