Siete de los nueve compromisarios juraron el domingo ante una recreación de la Veracruz y los evangelios sagrados su compromiso de escoger al sucesor de Martín el Humano según sus buenas conciencias y rectitud. Después se enclaustraron en el Castillo del Bailío durante dos meses iniciando un proceso que culminará el último fin de semana de junio con la elección de un nuevo rey por parte de ya los nueve representantes de los parlamentos de Aragón, Cataluña y Valencia. Será los días 23, 24 y 25 de junio cuando se designará a Fernando de Trastámara como sucesor de Martín el Humano, que había muerto sin descendencia dos años antes.
Este acto es parte fundamental del proceso del Compromiso de Caspe de 1412. Es sacralizado porque juraron encima del Lignum Crucis y de los Evangelios. Fue un proceso jurídico y político pero también religioso. Contó con solo siete de los nueve compromisarios porque dos de ellos no pudieron llegar a tiempo. Por un lado, Giner de Rabasa, que llegó hasta Caspe pero se encontró impedido y tuvo que cambiarse por Pedro Beltrán. Una modificación que no alteró la opinión dominante porque el sustituto se abstuvo de la votación alegando desconocer adecuadamente el proceso al incorporarse más tarde. Por otro, Guillem de Vallseca, otro de los compromisarios por parte del Principado de Cataluña.
En el acto del domingo primero tuvo lugar la presentación de los compromisarios, después la eucaristía, el juramento ante el Lignum Crucis y los Evangelios y el acto Homagium de los alcaides y capitanes generales a los Compromisarios, nuevos dueños de la Villa y del Castillo de Caspe.
Ante el público de la Colegiata tuvo lugar una reconstrucción histórica en las lenguas vernáculas que se hablaban entonces en el Reino de Aragón, muy distintas a la actualidad. De hecho, los compromisarios del Principado de Cataluña y del Reino de Valencia hablaron en un catalán muy distinto al actual al igual que la lengua aragonesa de los representantes del reino de Aragón.
Sí que hubo un cambio respecto a lo que pasó en esa misma Colegiata en 1412. El Arzobispo ofició la misa de cara al público y no de espaldas como antaño, un «error histórico» consciente para que el acto fuera más atractivo.
50 recreadores
Se contó con alrededor de 50 recreadores no solo de Caspe sino también otras localidades de Aragón y de Castellón y Navarra. «Les doy las gracias a todos ellos al igual que al Ayuntamiento, que lleva años apostando por este proyecto sólido que es un referente», destacó el director del Compromiso, Darío Español.
La actividad comenzó por la mañana en el entorno de la Colegiata, donde se reprodujo el ambiente de los espacios militares y cancillerescos. A través de visitas guiadas se dio a conocer su organización y funcionamiento. Hubo talleres en directo dedicados a la escribanía, paleografía bajomedieval, las armas y armaduras, la recreación de vestuario masculino y femenino.
Al mediodía comenzó la recreación histórica consistente en la toma de posesión de la Colegiata y Castillo de Caspe y después se dio a conocer a los pretendientes al trono de Aragón, que fueron presentados al pueblo de Caspe en la escalinata de la Colegiata. La mañana terminó con ‘Vestir a un rey’, que mostró el atuendo típico de un rey de principios del siglo XV.