Vecinos y asociaciones se unen a la Marcha del Ebro y protestan por la situación del río aguas abajo de la presa
El antiguo pueblo de Santolea ha sido testigo este miércoles por la tarde de una concentración para protestar contra los daños causados sobre el río Guadalope tras el desembalse de Santolea. Vecinos y asociaciones han alzado la voz contra los responsables del desastre medioambiental del cauce ocasionado por el vertido incontrolado de lodos por culpa de las obras de ampliación del embalse.
Aprovechando el paso de la Marcha del Ebro por la provincia de Teruel, las asociaciones Santolea Viva, El Bergantes no se toca, Salvemos el puente de Castellote y Amigos del Guadalope han organizado una concentración en el barrio del Torrero de Santolea. Hasta allí se han acercado más de medio centenar de personas con el objetivo de protestar por los daños causados en el Guadalope tras el comienzo de las obras de ampliación de Santolea y consecuencia de un vaciado del embalse que, tal y como indicaron las asociaciones, tuvo «escasa previsión». «Da bastante rabia ver las cosas que pasan cuando no se toman las medidas necesarias antes de causar el daño. Es una pena ver cómo baja ahora mismo el río, totalmente cubierto de barro. Esto se tenía que haber previsto con antelación», han comentado María Pilar Martí, portavoz de El Bergantes no se toca.
Además de la falta de previsión, las asociaciones del territorio han denunciado la inacción de la sociedad estatal Aguas de la Cuencas de España (Acuaes), promotora de la obra de ampliación, como de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Cuatro meses en los que el vertido de lodos ha dejado «herido» al río Guadalope, con un ecosistema muy deteriorado, y que precipitó la puesta en marcha de medidas de urgencia en pueblos como Aguaviva para asegurar el suministro de agua de boca de sus vecinos. El Ayuntamiento, gracias a Acuaes, ha conseguido paliar el problema, aunque los agricultores de la zona todavía no tienen resueltos los problemas de riego.
La elección de Santolea como localización seleccionada para la protesta no fue baladí. Y es que Santolea fue un pueblo desterrado y demolido, casa por casa, en 1972 para la construcción del embalse, aunque finalmente nunca se llegó a inundar; un municipio que sigue vivo en la memoria de muchos, gracias al empeño de oriundos y descendientes de los santoleanos, y que sigue peleando por restituir su memoria a través de diferentes actividades e iniciativas.
Tras la concentración en Santolea, la Marcha del Ebro ha arrancado una marcha ciclista que ha pasado por Castellote, Abenfigo y Mas de las Matas hasta llegar a Aguaviva, donde se ha realizado un espectáculo de títeres y una cena de hermandad para los presentes.