El CEA Ítaca ambiental acoge a los jóvenes de las Colonias que el lunes dejarán paso a los del Campo de Trabajo.
Las instalaciones del Centro de Estudios Ambientales Ítaca de Andorra se han convertido durante tres semanas en la casa de decenas de niños llegados desde varios puntos de España. Son las Colonias de verano que afrontan sus últimos siete días antes de dar el relevo al Campo de trabajo.
De ambas iniciativas se encarga la Asociación Cultural y Recreativa «3 en raya», una entidad con sede en Calanda, Alcorisa y Caspe, que llega a Andorra a través de Antonio Donoso como concejal de Tiempo Libre.
«Es la primera vez que hacemos estas actividades en Andorra y nos lo ha puesto muy fácil», dijo una de las responsables, Reyes Belenguer. Desde el 25 de junio, en el CEA Ítaca conviven niños procedentes del territorio, además del resto de Aragón y de provincias y comunidades como Navarra, Barcelona, Guipúzcoa, León, Toledo, Murcia, Tarragona, Vizcaya, Soria, Burgos, Lleida, Madrid y Guadalajara.
Ha participado una niña inglesa y esta semana se sumará un niño italiano que conoció la propuesta a través de la web de la asociación.
Los campamentos se han concebido como una estancia temática y por eso los chicos y chicas de entre 7 y 17 años pueden elegir entre Pastelería, Inglés, Baile y Robótica.
Estas actividades se reparten en dos horas por la mañana y otras dos por la tarde y el resto del tiempo lo dividen en otras conjuntas. «Es la manera de que entablen relación porque además, para muchos es la primera vez que salen de casa y por eso tratamos de que estén cómodos, sobre todo, los pequeños», añadió Belenguer.
En este sentido hizo hincapié en la importancia de que sean grupos pequeños con monitores formados en la propia Escuela de Tiempo Libre. El CEA da una capacidad de 50 plazas y es a la que se adaptan.
Campo de trabajo nacional
Desde el lunes y hasta el 31 de julio, el Campo de Trabajo tomará el testigo de las colonias y lo hará con un grupo de 21 personas que acudirán a Andorra para participar en el proyecto «Reconstrucción del poblado íbero El Cabo».
Esta propuesta llega a través del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ) para la realización de actividades de voluntariado 2017 y participarán jóvenes de entre 15 y 17 años. Una decena son aragoneses y el resto, de las comunidades de Navarra, Valencia, La Rioja, Murcia y Andalucía.
El yacimiento se terminó de excavar en 1999 y los restos se trasladaron a San Macario. De hecho, esta reconstrucción recibió a decenas de personas hace un par de semanas en una jornada de puertas abiertas.
El yacimiento forma parte de la Ruta Íbera del Bajo Aragón. Los jóvenes aprenderán a elaborar adobes de forma artesanal para la reconstrucción de los muros más deteriorados de zonas del poblado; participarán en el sellado de paredes y en la reparación del sellado deteriorado. Por último, participarán en la elaboración de un horno cerámico.
Todas estas actividades se complementan con salidas y excursiones al entorno y a más allá de la comarca. «Vienen niños de muchos sitios y queremos que se marchen con una visión de los recursos y encantos de nuestra provincia», concluyó la alcorisana. Un año viajaron a Dinópolis, otro conocieron la Grutas de Cristal de Molinos y este año toca recorrer el Museo Minero de Escucha.
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