El gerente ayer entrando a las instalaciones de Defabar en Alcorisa. MARÍA QUÍLEZ
La empresa contó desde sus inicios con apoyo público a través de Suma Teruel con el 32% del capital. El gerente intentó promover otra farmacéutica fallida en Andorra
La realidad de un proyecto pionero, con potencial y ambicioso se tradujo para Defabar poco después de 2010 en problemas y pérdidas millonarias. Éstas desembocaron en impagos, irregularidades, impulso de proyectos fallidos paralelamente y el fraude por el que el administrador de la empresa está acusado de varios delitos. El gerente de Defabar, Gabriel García Gavín, también era la cara visible de la empresa farmacéutica Labdhifarma SL, que preveía crear 80 empleos en la Villa Minera. Es su nombre el que aparece en el registro mercantil de Teruel como administrador de la empresa y habría sido él también quien puso en contacto a los inversores, de origen indio, con el Ayuntamiento de Andorra para poner en marcha el proyecto. Pero el proyecto resultó fallido. La empresa renunció a la compra de la parcela que el Somudan (Sociedad Pública Municipal de Andorra) había reservado para la planta pero expiró el plazo.
Aunque la industria alegó motivos de salud de uno de los promotores, todo parece indicar que el motivo real fue que la Unión Europea no le había concedido los permisos necesarios para llevar a cabo su actividad.
Con un proyecto que contemplaba una inversión total en Andorra de 3.810.135,50 euros y 80 puestos de trabajo, esta empresa farmacéutica se coló en el segundo puesto de la lista de priorización de las ayudas a proyectos empresariales del Plan Miner para Aragón en el año 2015. No obstante, no llegó a recibir ayudas de ningún tipo al no poner en marcha la actividad.
«Se puso en contacto con el Ayuntamiento y luego alegó problemas internos. Nos enviaron un comunicado interno en el que nos decían que iban a aplazar la puesta en marcha al corto o medio plazo. Hasta esta fecha no hemos sabido nada más», señaló ayer la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles.
Despidos improcedentes
Por otra parte, Defabar, con García Gavín a la cabeza, acumulaba numerosos conflictos con sus empleados por impagos de nóminas superiores a un año y el gerente contaba con varias sentencias en contra por despidos improcedentes. No obstante, García Gavín, que, según fuentes policiales, podría haber obtenido un beneficio de cientos de miles de euros, no se habría lucrado personalmente en ningún caso, más bien al contrario dado que habría perdido en la empresa incluso su patrimonio personal. Al parecer, el dinero se dilapidó en deudas acumuladas desde casi el inicio y otros negocios que emprendía con una «mala gestión». Durante estos años la farmacéutica podría haber acumulado hasta 3 millones en pérdidas según fuentes cercanas a la misma, que valoraron el proyecto inicial como «bueno» y con gran potencial en el que las pérdidas desembocaron en una «huida hacia adelante» con un final delictivo. El gerente se encontraba ayer en la empresa, atendió a la prensa con amabilidad y no quiso realizar declaraciones.
Un proyecto respaldado por el Gobierno de Aragón
La empresa Defabar se instaló en Alcorisa en 2010, aunque su constitución se remonta a noviembre de 2008, en una iniciativa empresarial impulsada en el polígono Los Estancos. El proyecto creó tres empleos durante su primer año de actividad y, después, se fue ampliando la plantilla hasta llegar a la docena de trabajadores, todos ellos del territorio. Contó desde el inicio con el apoyo institucional. De hecho, en la inversión inicial de más de un millón de euros participó con un 32% la entidad Suma Teruel, una sociedad para la promoción y desarrollo empresarial de la provincia en con representación del Gobierno de Aragón, Sepi Desarrollo Empresarial S. A., la Caja Rural de Teruel, Ibercaja y CAI. Fuentes consultadas ayer de Suma Teruel aseguraron que hace al menos cinco años que dieron la empresa y el capital invertidos por perdidos. Insistieron en que, aunque la quiebra de empresas y operaciones fallidas es habitual (más de 150 solo en Teruel) nadie podía imaginar este final vinculado al fraude. Suma sigue trabajando en el respaldo a empresas de la provincia, en la actualidad sobre todo con créditos participativos.

«La decepción es muy grande en el territorio. Cuando a una empresa que se instala la apoyas, le ofreces lo que puedes, le acompañas… Que al final tenga este resultado es muy decepcionante», dijo ayer la alcalde de Alcorisa, Julia Vicente. Recordó que se les proporcionó terreno porque las previsiones de empleo ascendían a 15 trabajadores. Reconoció que la relación con el Ayuntamiento se enfrió cuando surgieron problemas con parte de la plantilla, a la que no pagaba. «En este momento no teníamos conocimiento de que ni siquiera hubiese allí actividad», concluyó.
Defabar adquirió el suelo alcorisano por cuatro euros el metro cuadrado, cuando el precio estaba en unos 15 euros. Además, se benefició del Plan Miner y el Reindus. En total, obtuvo subvenciones por valor de unos 525.000 euros.