“Un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas” es como califican desde CSIF la forma en la que se están compaginando en Alcañiz y Teruel las obras de las oficinas del servicio de Correos y el desarrollo del trabajo de los empleados. Denuncian que, en “una empresa pública como es Correos, se están realizando obras de mejora en las oficinas de ambas ciudades, a la vez que sigue la actividad en el mismo local” en el caso de Alcañiz donde las obras comenzaron en septiembre, y en el mismo edificio en el caso de Teruel en obras desde julio.
“Sin hacer un uso del sentido común”, dicen, “Correos está exponiendo a trabajadores y usuarios a las situaciones incómodas, penosas y hasta peligrosas, propias de una obra”. Estas son: polvo, cortes de agua, ruidos, riesgo por caídas de personas u objetos, riesgos por instalaciones eléctricas provisionales y frío (en Teruel no hay calefacción y comienzan a trabajar a 12 grados hasta que, con calefactores, alcanzan los 16).
Según relatan desde el sindicato, en la empresa “piden paciencia” a los trabajadores pero “se ha llegado a este punto por no hacer lo correcto”. Esto es, trasladar la actividad a otro local. “Las obras hubieran llevado su ritmo, que como en toda obra no se han ejecutado en el plazo previsto, y los trabajadores y clientes no habrían padecido estas incomodidades que, por otro lado, no sabemos cuándo terminarán”, concluyen.