El alcañizano Diego Romero es uno de los puntales del centenario del Alcañiz C.F. Apasionado por la historia y también por el conjunto alcañizano, lleva una década inmerso en la investigación de los 100 años del club. El próximo 1 de diciembre se publicará el libro del centenario, con 135 páginas llenas de datos, anécdotas y fotografías inéditas. Le entrevistamos y habla del proceso de selección de información, de las dificultades, de sus satisfacciones con el proyecto y también sobre la situación actual del club.
Este libro es el reflejo de 100 años. ¿Cómo es aunar 10 décadas en 135 páginas?
Ha sido un proceso largo y una labor complicada. Hemos tenido muchas dudas en cuanto a la extensión porque podríamos haber hecho un libro de 300 o 400 páginas después de toda la investigación. Eso sí, no había casi información más allá del libro del 50 aniversario que es muy pequeñito. Ha habido que investigar mucho leyendo crónicas y entrevistas con protagonistas que han vivido la historia. Hay décadas con mucha información y otras con menos. Lo he intentado recopilar en 7 u 8 capítulos. Debemos tener en cuenta que también hay épocas con más importancia que otras. Entendemos que tiene que ser de fácil lectura y al final tenemos unas 135 páginas con fotografías. Va a ser ameno y entretenido.
¿Hubieses hecho un libro más largo?
Sí, yo hubiese hecho un libro de unas 250 páginas. Pero ese no era el objetivo. La intención es que sea entretenido y didáctico. Se podría haber hecho un libro aparte de futbol base, otro de fotografías y otro de crónicas. Pero bueno. Hay que tener en cuenta todos los factores. Tampoco es lo mismo a nivel económico publicar 135 páginas que 250. A partir de ahora podemos seguir indagando y entrevistando y quien sabe si en unos años se vuelve a reeditar el libro con muchas más cosas.
¿Qué décadas han sido las más complicadas de escribir?
Obviamente las dos primeras. De antes de la Guerra Civil hay poca información, aunque sí que es cierto que hemos encontrado crónicas de los años 20 aunque lógicamente no hay testimonios de personas de esa época.
¿Y cómo ha sido la selección de contenidos?
Paradójicamente ha sido más difícil escribir las últimas décadas porque además de que las he vivido tienes mucha información. También entra la delgada línea entre la objetividad y la subjetividad. Eso sí, por ejemplo, en los últimos 25 años tenemos las crónicas de los partidos en el periódico La COMARCA. Nos ha ayudado y hemos intentado resumir.
¿Cuánto tiempo llevas detrás de este proyecto?
No puedo decir cuantas horas, pero esto se inició hace casi una década. Por aquel entonces me llegó un regalo maravilloso de Manolo Ponz. Me entregó una caja de zapatos llena de fichas de los años 40, 50 y 60 de un valor incalculable. Ahí pensé que había que hacer algo porque no había nada escrito. En mis ratos libres he ido investigando y sacando información, sobre todo en estos últimos cinco años. Poco a poco hemos ido completando este puzzle de miles de piezas. Creo que va a gustar a la gente y después de tanto tiempo, por fin, el 1 de diciembre será la presentación del libro.
¿Has perdido la esperanza en algún momento en esta década?
He estado a punto de abandonar en 3 o 4 ocasiones. Es así. Hay épocas en las que encuentras muy poca información y otras en las que encuentras demasiada o incluso datos contradictorios. Es un trabajo altruista, lo he hecho por amor al club, bien a gusto además, pero no es sencillo. Eso sí, he tenido muchas satisfacciones. He podido conocer a personas maravillosas que me han dado anécdotas y detalles increíbles. También me he topado con datos que no esperaba encontrar. Yo me quedo en paz y estoy tranquilo con lo que hecho.
¿Y te ha quedado alguna espinita?
Simplemente el hablar con más gente. Sé que hay gente que tiene mucha más información. He conseguido más información y fotografías en los últimos seis meses que en los cinco años anteriores. Tengo la anécdota de que el día que enviamos el libro a imprenta me vino una persona con dos fotografías que son inéditas. Esas tendrán que esperar al futuro. Pero no hay nada que reprochar.
¿Qué crees que es lo que más va a sorprender?
Varias cosas. Había cosas que se dan por hechas pero que no son así. Sobre todo de los primeros años. La creación del club, el primer escudo o los colores del equipo, por ejemplo. Hay también anécdotas que van a gustar mucho ya que en 100 años hay un millón. Además, por suerte también hemos encontrado fotografías que son inéditas.
¿Cómo era el Alcañiz C.F. de los años 20 y 30?
Alcañiz era una ciudad rural donde el ocio era muy limitado. Más allá de las carreras pedestres, el ciclismo y el boxeo no había conocimiento de otros deportes. El fútbol apareció relativamente pronto. Ya existía el Caspe C.D. aquí en el Bajo Aragón y no se tardó en enganchar a la afición y en convertirse fundamental para la sociedad alcañizana.
El fútbol ha crecido de forma exponencial a nivel profesional en nuestro país pero también a nivel regional...
Sí. Está clarísimo. Pasa de ser un entretenimiento de fin de semana a convertirse en una actividad importante durante toda la semana e incluso durante muchos meses del año. Ha habido una evolución en la que creo, que, para el Alcañiz C.F. y muchos equipos, es la aparición del césped artificial. 1995 fue un antes y un después porque crece el futbol base y surge un organigrama mucho más serio dentro del club.
¿Con qué tres momentos de la historia del club te quedas?
Uno sería la temporada 59-60 en la que Alcañiz C.F. tuvo 1200 socios, algo inédito. Se subió a Tercera y el equipo se mantiene en categoría nacional 4 años. Luego me quedaría con finales de los 80 en el que el equipo era muy respetado en Tercera División y en una época en la que se consigue la mejor clasificación histórica: un cuarto puesto que además nos permitió jugar la Copa del Rey. Finalmente, me quedaría con esa instalación del césped artificial que comentaba que supuso la creación de la cantera que a su vez es la seña de identidad del club. De presente y de futuro.
¿En qué momento se encuentra el Alcañiz C.F. de la actualidad?
El club se ha recuperado de una situación económica compleja en la última década. Han sido años complicados después de 2012, aproximadamente, en el que el club dio un bajón. Ahora hay una estructura muy buena. Estamos apostando por los jugadores locales y se están sentando las bases para crear un equipo, sin prisas, y que puede competir con cualquier rival. Ya veremos si estamos en un año o dos en dar el salto a Tercera.
Mencionabas antes al C.D. Caspe, un club que se forja en la misma época, de una localidad muy cercana y que ha hecho mucho camino de manera conjunta. ¿Cómo es la relación?
Es un club hermano al que quiero agradecer todo lo que nos ha facilitado la labor de investigación. El C.D. Caspe es un referente y no solo a nivel deportivo. Tienen un archivo histórico maravilloso y muy buen organigrama. Por ejemplo, lo comentaba con un amigo de allí el otro día. Hay muchísimos jugadores que han vestido las dos camisetas. Desde los años 20 siempre hemos ido de la mano, aunque, por supuesto, también ha sido un gran rival. En los 90 incluso jugamos juntos la Copa. Ojalá próximamente podamos vernos las caras en categoría nacional. La rivalidad es muy sana y les deseo lo mejor porque están haciendo las cosas muy bien y tienen un equipazo.