DGA pondrá en marcha en septiembre un plan de estabilización de interinos para tres años
La inestabilidad del profesorado es una de las históricas luchas de los defensores de la escuela rural. En prácticamente todos los Centros Rurales Agrupados (CRAs) del Bajo Aragón Histórico, la plantilla varía cada curso en una media del 75%, una condición que dificulta el inicio del curso y que afecta de forma directa al alumnado. Los maestros rurales coinciden en que es necesario un trimestre para conocer a los alumnos y detectar sus necesidades, así como adaptarse a las metodologías, proyectos y singularidades de la escuela rural.
«Estamos apostando por la innovación constantemente, con proyectos y metodologías pioneras y basadas en las TIC»s. El trabajo cada inicio de curso de adaptación del profesorado es muy intenso y se repite cada año», explica la directora del CRA Ariño- Alloza, Isabel Rodrigo. «Nosotros trabajamos sin libros excepto en matemáticas. Para los profesores nuevos, es un mundo y más si no tienen experiencia en aulas unitarias. Cuando ya tienen la dinámica controlada, termina el curso», ejemplifica el director del CRA Somontano- Bajo Aragón, Carlos Latorre.
Para intentar paliar esta problemática, el Gobierno de Aragón pondrá en marcha en septiembre el plan de estabilización de interinos. Este programa contempla una serie de centros con plazas de difícil cobertura. Para hacerlas más atractivas, se vincularán a tres cursos de duración de modo que los maestros interinos que soliciten estas plazas permanecerán tres cursos en los centros rurales. De este modo, se garantizará la estabilidad de la plantilla y también de los profesionales, que sabrán de antemano que cuentan con contrato durante tres años.
Los centros considerados de difícil desempeño que se encuentran dentro del Bajo Aragón Histórico son: el IES Segundo de Chomón de Cantavieja, el CEIP Lucio Fabio Severo de Chiprana), el CEIP Nuestra Señora del Pilar de Fayón, el CRA Algars de Cretas, el CRA Ariño-Alloza, el CRA de La Fresneda y el CRA Somontano-Bajo Aragón en La Mata de los Olmos.
Además de un contrato de larga duración, los interinos contarán con puntos extra en su baremación dentro de la bolsa de docentes.
No obstante, en caso de que la plaza no quede cubierta en un primer llamamiento, en el siguiente saldrá nuevamente ofertada como obligatoria con duración anual. «Entendemos que es positivo porque los interinos que soliciten las plazas en estos centros serán gente de la zona, o personas que conozcan los colegios rurales y quieran estar aquí», coinciden en los CRA»s.
Los docentes, que destacan el «compromiso» de la consejería de Educación con la escuela rural, acogen este plan con optimismo pero también apuntan que sería conveniente revisar estos contratos. «La escuela rural, o te entusiasma o no te gusta. Por lo que sería bueno que el profesor que se quede lo haga porque lo desea y no por una obligación», propone Rodrigo. «De todos modos, todavía no nos han comunicado el plan de forma oficial», puntualiza Latorre.
La excepción
Pero no todos los colegios rurales están dentro del plan de estabilidad. Uno de los que no se ha incluido en esta lista es el CRA Bajo Martín, con sede en La Puebla de Híjar y aulas en todos los municipios de la comarca a excepción de Azaila, Jatiel y Castelnou -municipios en los que el colegio se cerró hace años por la ausencia de niños-. Este CRA no ha entrado en la catalogación porque en las últimas oposiciones, hace dos años, hubo tres docentes que eligieron plazas fijas en este centro y tienen obligación de permanecer, al menos, dos años allí. «Pero es una situación puntual porque nuestra situación es la misma que en el resto del territorio, con una inestabilidad del 75%- 80% del profesorado», puntualiza la jefa de estudios, Natalia Gazulla, que, aunque no es definitivo, lamenta que en septiembre podrían perder un profesor en el CRA.
Perspectivas para el nuevo curso
Precisamente, a la inestabilidad del claustro se une la incertidumbre que viven los centros rurales de un año a otro de cara a las ratio y las amenazas de cierre de aulas y colegios.
No obstante, en el territorio, el curso que viene se prevé similar al actual en cuanto al número de alumnos. Destaca el caso de Berge (CRA Somontano-Bajo Aragón), en cuyo colegio entran seis alumnos nuevos.
La iniciativa puede ser positiva, especialmente por incluir la secundaria en las necesidades, pero mejoraría si considerara toda la ruralidad y atendiera factores adicionales a la permanencia en zona rural (implicación, resultados, residencia…) y ofrecer beneficios a los funcionarios -no solo interinos- docentes que participen (administrativos, profesionales, económicos, fiscales…)