Mercedes Insa ha sido la encargada de reproducir los vestidos más emblemáticos de Elvira de Hidalgo
El vestuario de grandes iconos de la historia de la música o el cine puede llegar a convertirse en auténticas obras de arte. Trajes que trascienden en el tiempo y el espacio ya que, como apuntó la diseñadora Coco Chanel, «la moda no solo existe en los vestidos. Está en el cielo, tiene que ver con lo que vivimos, lo que está sucediendo».
Precisamente, con el objetivo de estar más cerca de todo lo que vivió la genial cantante Elvira de Hidalgo a lo largo de su carrera por escenarios de todo el mundo, la Fundación Valderrobres Patrimonial puso en marcha un proceso minucioso de documentación para poder recuperar parte de los emblemáticos trajes que lució la soprano en los momentos estelares de su carrera. Tal es el caso del papel de Rosina en el Barbero de Sevilla que marcó un antes y un después en su carrera o esa mujer fatal en Carmen de Georges Bizet.
Las manos privilegiadas que han realizado la réplica de cuatro de los trajes de la artista han sido las de Mercedes Insa, diseñadora de trajes tradicionales que decidió embarcarse en lo que ha sido «todo un reto» que le encargó la Fundación.
Las fotografías fueron la guía para abordar el trabajo.
A contra reloj, en tan solo tres meses, la modista ha sido capaz de reproducir a la perfección cuatros de los vestidos más emblemáticos de Elvira de Hidalgo a través de fotografías. Una tarea complicada teniendo en cuenta que la única documentación visual de la que disponía eran imágenes en blanco y negro. Gracias a la importante labor de investigación, Insa consiguió detalles originales de la época como un característico bouquet de flores o madroños originales de la época del traje rojo y negro del papel protagonista de la ópera de Carmen. Ha buscado telas por toda Europa e incluso tuvo que conseguir un maniquí de las medidas de De Hidalgo en Francia.
Ahora, todo este trabajo artesanal y minucioso se puede admirar desde el pasado domingo en las vitrinas del museo de la capital del Matarraña. Un momento que Insa ha vivido con gran emoción puesto que, cada puntada, cada patrón, forma parte de su vida. «Ha sido un proceso personal y emocionante. Ahora una parte de mi trabajo va a ser admirado y pasará a la posteridad», reconocía con la responsabilidad propia de haber recuperado el atuendo inmortal de la que fue y será la valderrobrense más universal.