El ruido de los animales de granja no deja dormir a una de las implicadas en el conflicto
El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente remitió la semana pasada una sugerencia al Ayuntamiento de Torrecilla de Alcañiz para poner fin a una enemistad entre dos vecinas de la localidad. El conflicto viene dado por las «molestias y perturbaciones» que ocasionan los animales de granja de una de las implicadas. García Vicente insta al Consistorio a que inspeccione y solvente «la supuesta contaminación acústica» derivada de la explotación doméstica. Además el escrito también sugiere que Torrecilla de Alcañiz valore la posibilidad de «elaborar una ordenanza municipal en materia de contaminación acústica».
El problema no es nuevo, sino que es algo que se viene arrastrando desde hace tres años. En agosto de 2014 la afectada interpuso una queja en el Ayuntamiento en el que se hacía alusión a las molestias y perturbaciones que le producían a su marido y a ella los animales de granja (pavos reales, ocas, gallos y gallinas) que poseía su vecina. Los ruidos no les dejaban dormir y denunciaba que «hacían mucho ruido de madrugada, desde las 04.00 en verano y desde las 06.00 en invierno, siendo imposible dormir». La falta de sueño, tal y como aparece en la queja al Justicia, «agrava las dolencias tanto de ella como de su marido, que están delicados de salud».
El alcalde intentó mediar con las vecinas para encontrar una solución y concluyó que la propietaria de los animales tenía que colocar una lona para amortiguar los ruidos. Un aislante que se instaló, pero que, según indicó la denunciante en el escrito del Justicia, no sirvió para nada. Una situación que le ha llevado a «dormir con las ventanas cerradas y a cambiar las habitaciones a otra zona de la casa» para poder conciliar el sueño. El Justicia trasladó la queja al Ayuntamiento y le solicitó un informe sobre el particular, al que la Institución contestó señalando que la denunciada posee la autorización para tener los animales. Además, indicó que con anterioridad a este hecho, «la relación entre los vecinos ya no era buena». De hecho, en su respuesta al Justicia explica que la afectada «ha colocado en su jardín dos focos encendidos toda la noche enfocando a los animales» y que también «se tiran petardos a altas horas de la madrugada». Hechos «conocidos por el resto de vecinos del municipio».
Ante la «tensa» situación generada ente los vecinos, el Ayuntamiento organizó una reunión entre los implicados, el alcalde y la Guardia Civil para intentar apaciguar los ánimos, pero el conflicto no se resolvió. Ahora la Institución señala que ha pedido presupuesto para realizar una medición de los ruidos que generan los animales y según los resultados, tomará una decisión.